Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me dio dos luceros que cuando los abro
Perfecto distingo lo negro del blanco,
Y en alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes al hombre que yo amo.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me ha dado el cielo que en todo su ancho
Graba noche y día grillos y canarios,
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos
y la voz tan tiene de mi bien amado.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con las palabras que pienso y declaro,
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
La vida del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me ha dado la marcha de mis pis cansados,
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playa y desiertos, montanas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me dió el corazón que agita su mano
Cuando miro el fruto del cerebro humano,
Cando miro el bueno tan lejos del malo,
Cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto,
Así yo distingo dicha de quebranto,
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de todos que es mi propio canto.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto….
* "Gracias a la vida" es el nombre de una
popular canción de inspiración folklórica chilena compuesta e interpretada por
la cantautora Violeta Parra, una de las artistas que sentó las bases del
movimiento artístico conocido como la Nueva Canción Chilena. Corresponde a la
canción que abre su álbum Las Últimas Composiciones (1966), el último publicado
por ella antes de su suicidio ocurrido en 1967. En reiteradas ocasiones, ha
sido considerada una de las canciones más importantes de la música chilena, y
se le ha calificado como un "Himno Humanista", obteniendo el permanente reconocimiento de la
crítica y el público como una obra profundamente humana y universal, más allá de su arraigo social. Adaptado como canción popular por Mercedes Sosa una gran folklorista argentina, intenta
demostrar en cada verso del poema su gratitud por la vida, a pesar de las penumbras que en ella se le han presentado, puesto que siempre se debe
buscar la manera de mirar lo positivo de las cosas, ya que al final son sólo
pequeñas lecciones que influirán en su crecimiento como ser humano.