
"Este es el mundo en el que nos encontramos: un mundo que, si se juzgase a partir del único criterio aceptable de progreso, se encuentra en regresión manifiesta. El adelanto tecnológico es rápido. Pero sin progreso en caridad, el adelanto tecnológico es inútil. En realidad es peor que si fuera inútil. El adelanto tecnológico nos ha suministrado medios más eficaces para retroceder."
ALDOUS HUXLEY*. Escritor y filosofo. De su obra “El Fin y los Medios” 1937.
pp. 10-11
El desprendimiento sólo resulta negativo cuando es considerado como un nombre. La práctica del desprendimiento requiere el ejercicio de todas las virtudes. Implica, por ejemplo, la práctica de la caridad, puesto que no hay obstáculo más infranqueable que la cólera (así sea la "justa indignación") o que la fría malicia, en el proceso de identificación del ser con el "más que el ser" trascendente e inmanente. Requiere la práctica del coraje, por cuanto el temor sólo es una obsesiva identificación del ser con su cuerpo. (El temor es sensualidad negativa, lo mismo que la pereza es malicia negativa.) Significa cultivar la inteligencia, porque la insensata estupidez es una de las causas principales de todos los demás vicios. Requiere la práctica de la generosidad y del desinterés; porque la avaricia y el amor a las posesiones compelen sus víctimas a identificarse con meros objetos. Y así sucesivamente. Es innecesario proseguir y aclarar más el punto, ya suficientemente claro para cualquiera que determine ponerse a pensar en esto: que el desprendimiento impone, a quienes quieran practicarlo, la adopción de una actitud intensamente positivamente para con el mundo.
*Aldous Leonard Huxley nació en Inglaterra en 1894 y se educó allí. En los años 1930 se trasladó a los Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte, en 1963. Su obra más conocida es de ficción, "Un mundo feliz" (traducción castellana, muy torpe, de la expresión shakespeareana "brave new world").
El libro extractado aquí expone las ideas de Huxley sobre cómo lograr una sociedad madura, racional, de seres humanos solidarios que no estén apegados a los bienes materiales ni a idolatrías de ningún tipo; que sepan distinguir entre realidad y propaganda, entre retórica y verdad. Escrito poco antes de la Segunda Guerra Mundial, "El fin y los medios" es profético en más de un pasaje.
El desprendimiento sólo resulta negativo cuando es considerado como un nombre. La práctica del desprendimiento requiere el ejercicio de todas las virtudes. Implica, por ejemplo, la práctica de la caridad, puesto que no hay obstáculo más infranqueable que la cólera (así sea la "justa indignación") o que la fría malicia, en el proceso de identificación del ser con el "más que el ser" trascendente e inmanente. Requiere la práctica del coraje, por cuanto el temor sólo es una obsesiva identificación del ser con su cuerpo. (El temor es sensualidad negativa, lo mismo que la pereza es malicia negativa.) Significa cultivar la inteligencia, porque la insensata estupidez es una de las causas principales de todos los demás vicios. Requiere la práctica de la generosidad y del desinterés; porque la avaricia y el amor a las posesiones compelen sus víctimas a identificarse con meros objetos. Y así sucesivamente. Es innecesario proseguir y aclarar más el punto, ya suficientemente claro para cualquiera que determine ponerse a pensar en esto: que el desprendimiento impone, a quienes quieran practicarlo, la adopción de una actitud intensamente positivamente para con el mundo.
*Aldous Leonard Huxley nació en Inglaterra en 1894 y se educó allí. En los años 1930 se trasladó a los Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte, en 1963. Su obra más conocida es de ficción, "Un mundo feliz" (traducción castellana, muy torpe, de la expresión shakespeareana "brave new world").
El libro extractado aquí expone las ideas de Huxley sobre cómo lograr una sociedad madura, racional, de seres humanos solidarios que no estén apegados a los bienes materiales ni a idolatrías de ningún tipo; que sepan distinguir entre realidad y propaganda, entre retórica y verdad. Escrito poco antes de la Segunda Guerra Mundial, "El fin y los medios" es profético en más de un pasaje.