sábado, 4 de abril de 2009

"TRABAJAR A CUBIERTO"


Se utiliza la expresión “estar a cubierto” cuando se ha verificado de que la Log:. está libre de la indiscreción de los profanos y esta constituye una condición indispensable para que pueda dar inicio a sus trabajos.
Esta condición se refiere tanto al aspecto exterior como al interior. El primero como anteriormente se indicó alude a las indiscreciones de los profanos y el segundo, o sea en el interior del Templo, concierne a la calidad de los masones presentes y a las actitudes que como tales deben demostrar.
En nuestro Rito se considera la necesidad de utilizar el Guarda Templo Exterior, con la misión de excluir elementos extraños al organismo de la Logia, facilitar la concentración mental necesaria para esta clase de trabajo y el estado de armonía grupal que debe reinar entre los que participan de los trabajos, en consonancia con el objetivo de la masonería.
Así se personifica la facultad que se encuentra al umbral de nuestra conciencia, la que tiene que vigilar que no ingresen en la misma errores profanos y todos aquellos pensamientos que no reciben la aprobación de su Ser más elevado.
Juan Carlos Daza, por su parte, nos dice que “esta expresión tiene sus raíces en la antigua forma de las logias, en las cuales había tres ventanas, pero ninguna puerta, efectuándose su entrada por la cubierta o tejado, en el que se quitaban unas cuantas tejas para entrar, y cuando se encontraban todos los obreros dentro, la volvían a cubrir”. De allí la expresión del Venerable Maestro, al solicitar al Primer Vigilante, que se cerciore “si la Logia esta debidamente cubierta”.
El ritual masónico demanda estar a cubierto de cualquier comunicación con el exterior, así como vigilar de estar únicamente entre Iniciados tomando una multitud de precauciones, sólo así cuando todos los preliminares a este respecto han sido terminados, el V:.M:. da los golpes que repiten los dos Vigilantes. A este llamado al G:.A:.D:.U:., el Espíritu Superior, desciende en medio de un silencio sepulcral e impregna con su presencia las mentes y los corazones de los que allí reunidos están dispuestos a recibirla.
Es importante resaltar que la apertura de la logia, para dar inicio a los trabajos, es una ceremonia que debe llevarse a cabo siguiendo de manera estricta los pasos establecidos en el ritual, de manera que se cumpla con el simbolismo allí establecido, no sólo en el plano externo, sino también en el interno de cada uno los participantes.
El Venerable Maestro, debe contar para ello con el apoyo cordial y sincero, no solo de las Dignidades y Oficiales del Taller, sino de todos los hermanos, cuya ayuda es de fundamental importancia y significado. Es por ello que cuando un miembro de una Logia, decide asistir a la Tenida, debe ir preparado y con un propósito bien definido y claro, de no ir a recibir, sino más bien a dar. Debe ir con la firme determinación de dejar fuera del Templo todo cuanto pueda impedir que esta se encuentre verdaderamente “a cubierto” en el momento de abrir los trabajos del Taller.
Es tan importante tener bien claro este concepto, que podríamos decir sin temor a equivocarnos, que una Logia en pleno trabajo masónico no se encuentra debidamente a cubierto, cuando quienes allí se reúnen, profanan lo respetable de todo cuanto en una Tenida se realiza, una vez que el Venerable Maestro hace el llamado para la apertura del trabajo logial.