El grado de aprendiz es el primero
en la escala de la masonería azul y simbólicamente corresponde a la infancia o
primera juventud del hombre, así como el grado de compañero se asocia con la
madurez y el de maestro con la senectud.
Esta es la etapa en la cual todo me
es nuevo, encuentro un mundo nuevo e inmenso por conquistar. El infante, como
el aprendiz masón debemos empezar a utilizar los recursos que la naturaleza o
que el medio pone a nuestra disposición con el objeto natural de madurar y
evolucionar constante y sanamente. En este periodo del camino aparecieron mis
primeros desafíos, aprendiendo día a día una infinidad de cosas nuevas que
fueron cimentando mi crecimiento y esculpiendo a un infante que hasta el
momento era vulnerable al medio y gracias a la parte intelectual y a la
facultad de discernir escogí el camino que hasta el momento he seguido.
Dentro de este periodo de
asimilación permanente de conocimiento, yo como aprendiz masón estoy conociendo
el empleo de los símbolos que derivados de una vieja tradición académica dentro
de la orden, me permiten conducirme hacia una formación intelectual, material y
espiritual, hacia una permanente evolución en el universo del conocimiento. Ya
que me queda muy claro que la sabiduría sin conocimiento es ineficaz y
conocimiento sin sabiduría es perjudicial para uno mismo y para los demás.
Una reflexión sobre el significado
simbólico de la Piedra Bruta, sugiere una estrecha relación con un sistema
moral que la Masonería nos enseña en torno a la perfección del hombre, en la
búsqueda del desarrollo espiritual y hacia las conductas sociales basadas en
valores, el respeto, la fraternidad, la humildad, la tolerancia y los derechos
del individuo.
Como aprendiz masón busco y escojo
simbólicamente las piedras que deben ser preparadas para la construcción del
templo (mi Yo) y debo empezar a moldearlas y darles forma a golpe de cincel.
Ello deberá ser continuo y pausado, con inteligencia y disciplina, con
paciencia y dedicación, con una precisa fuerza que, golpe a golpe de cincel,
moldee gradualmente las partículas de la piedra hasta desbastarla. Sin duda
alguna el motivo central de la existencia humana es recuperar la perfección que
la mente Universal nos dio al nacer; esculpiendo mi Yo interno lograré el
fortalecimiento de mi espíritu, aprendiendo así a disciplinar de manera
constructiva todas mis facultades teniendo como fin alcanzar el conocimiento de
uno mismo y de las circunstancias que me rodean. El logro de la perfección,
simbolizada en el pulimento de la piedra, consiste en desprenderme de mis
errores, prejuicios, odios, vicios y placeres existentes en la vida interna.
Asimismo el elemental compromiso como aprendiz masón es mejorar cada día, en
todos los aspectos de su existencia, modelando el carácter y el desarrollo de
la personalidad, de acuerdo a valores, como el constante progreso, la pasión
por la sabiduría, el conocimiento y el rechazo de la ignorancia; la búsqueda de
lo bello como alternativa, así como el amor a sí mismo y a los semejantes.
Sin embargo, para acceder a un
conocimiento espiritual o superior, deberé asimilar y experimentar en mi
conciencia, el sentido de la enseñanza simbólica del pulimento de la piedra
bruta, sólo de esta forma llegaré a aflorar en mi conciencia de aprendiz masón,
los valores de fraternidad, de caridad y de tolerancia, los cuales me harán más
digno de ser un verdadero masón.
Hoy por hoy me encuentro en una
lucha constante de enderezar todos mis malos hábitos que fui retorciendo a lo
largo de mi vida profana, ayudándome de la práctica de yoga, la meditación, el
estudio profesional y el estudio filosófico que me brinda mi querida madre
logia, a través de algunos textos y de ustedes queridos hermanos.
Es así como el trabajo masónico
consiste simbólicamente en perfeccionar mi existencia humana, a través de un
permanente y sucesivo proceso de transformación. La “piedra bruta” constituye
el símbolo del Aprendiz, la “piedra cúbica” simboliza al Compañero y la “piedra
cúbica en punta” al Maestro, las cuales en su conjunto, simbolizan el motivo
central de la superación permanente y constante en la búsqueda del pensamiento
independiente y de la perfección.