En el ámbito personal, en el
laboral, en la vida y sobre todo en la masonería, la discreción es un valor que
debe acompañar a los hombres en todo momento, pues se trata de una de las
cualidades que más nos definen como una persona de confianza o un individuo con
el cual hay que tener especial cuidado al revelar secretos.
En recientes fechas me he
encontrado con que la discreción en la masonería es un tema muy variable.
Depende del criterio de cada hermano el revelar su propia condición de masón e
inclusive llegar al extremo de revelar la de sus hermanos entre los profanos,
es por eso que me decidí a realizar el presente trabajo, pues considero que la
masonería contemporánea debe ser una cuestión de seriedad, pero sobre todo de
discreción.
La Real Academia de la lengua
define a la palabra discreción como la sensatez de formar juicio y tacto para
hablar u obrar. Eso significa que debes ser sensato en la formulación de
reflexiones y tener mucho tacto o esmero en la expresión de los conceptos a
transmitir a los demás.
El Dr. Lionel Ardón Rodríguez,
quien doctor en psicología de la Universidad de San Carlos, menciona que una
persona que sabe cómo ser discreta tiene muchas ventajas en la vida. Sabe
evitar las noticias escabrosas o conceptos maliciosos innecesarios (incluso los
chismes) domina su ego con esmerado respeto de sí mismo y, sobre todo, es la
garantía de su amistad o confianza verdadera.
Transportando los conceptos
anteriores a la masonería en general y especialmente a una de las virtudes que
se cultivan en el grado de aprendiz, el guardar silencio, es claro que la
necesidad de ser sensatos al momento de emitir opiniones acerca de lo que se
nos revela es una de las cuestiones más importantes, no sólo por el contenido
que encierran las enseñanzas y secretos de la masonería, sino por la lección
que conlleva guardar silencio.
Ahora bien, existe otra vertiente
de lo que la discreción en la masonería significa, esta es la del uso de
distintivos masónicos entre profanos. Es claro que ser masón no es en NINGÚN
momento un motivo para avergonzarse, se trata de lo contrario, de un orgullo sano y
un honor el pertenecer a una orden que a lo largo de la historia ha acompañado
y labrado el desarrollo de la humanidad, pero, entre los profanos esto no es
del todo conocido e incluso es mal visto; si bien ya no vivimos en un tiempo en
que el masón sea perseguido, si nos encontramos con una sociedad que poco o
nada ha cambiado en cuanto a la postura que adopta en cuanto a lo desconocido
se refiere, pues el hombre siempre se ha caracterizado por temer, criticar y
hasta repeler aquello que no conoce, así las cosas, el masón puede encontrar en
su vida profana a seres que sólo busquen perjudicar una vez que es conocida su
identidad como masón, en este punto evitaré hacer comentario alguno, sobre las
personas que podrían tomar tal postura, ya que no es la intención del presente
trabajo, pero sí lanzar una pregunta para que cada uno de los lectores conteste
en su mente.
¿Es necesario que el mundo profano
conozca que son masones para llevar una vida acorde con los ideales de la orden
y las enseñanzas que en ella se reciben?
Me parece que no, el masón no
necesita una retribución, un reconocimiento del mundo profano o incluso el
señalamiento de que por ser masón es lo que es, por el contrario se debe ver
como un hombre común pero que vive con el más absoluto respeto por los valores
cívicos y morales de la sociedad; que vive en armonía con sus semejantes y que
en su hogar, fomenta y proyecta eso mismo con su familia.
De este modo me gustaría hacer
especial mención en la enseñanza que he aprendido con el paso del tiempo, pues
me he encontrado con que la masonería se lleva de manera personal, se lleva por
dentro.
¿Qué pasa dentro de la Logia
masónica?
La discreción no es lo mismo que el
silencio (del que ya hablamos en alguna ocasión) por lo tanto no es necesario
ser discreto respecto de nuestra condición de masones con otros hermanos,
aunque si así se desea no tiene nada de malo evitar identificarse como tal. (no
es obligatorio y nadie nos va a castigar o algo por el estilo).
¿Por qué es tan importante la
discreción?
Simple, no todas las personas del
mundo congenian con la masonería y por lo tanto con los masones. Por ejemplo,
algunas religiones prohíben y hasta condenan la filiación a la orden masónica.
En este sentido los masones debemos tener especial cuidado al revelar nuestra
identidad y sobre todo las de nuestros hermanos ya que si por ejemplo uno de
ellos tiene un jefe en el empleo que es muy apegado a alguna religión que
condena a la masonería entonces lo estaríamos metiendo en aprietos.
Así pues, el hecho de saber guardar
un secreto no es volverse cómplice de algo o de alguien, sino de evitar hacer
preguntas o averiguaciones poco oportunas, de no forzar la intimidad espiritual
ni física de nuestros hermanos, así, será cuestión de cada uno lo que quiere
que la gente conozca.
Respetar la postura de la
discreción absoluta, si así lo quiere el hermano en cuestión, es respetar su
libre pensamiento y su forma de ver, sentir y vivir la masonería. Por último,
hago la invitación a la reflexión, si al decir “Soy Masón” beneficio en algo al
mundo y si ello es requisito para respetar y seguir mis ideales de libre
pensamiento y fraternidad.