sábado, 21 de junio de 2014

HONOR



La sociedad humana está basada en una serie de valores que hacen que la vida sea prospera, de esto una enumeración inicial podría arrojar como resultado la inclusión de los siguientes valores: Educación, disciplina, persistencia, respeto, cooperación, comprensión, libertad, entrega, responsabilidad, igualdad, esfuerzo, cumplimiento, trabajo, decisión, propósitos, fe, fraternidad, belleza, sabiduría, sacrificio, unión, diálogo, amor, tolerancia y más. Podría decirse también que estos constituyen el contenido de nuestras creencias.
Pero desde un punto global todas estas palabras convergen en una sola, que ha sido parte importante de la conciencia de los hombres a lo largo de toda la historia, es sin lugar a dudas el "Honor".
Si asumiéramos que en la tarea de construcción cotidiana de todo hombre libre esos valores son ladrillos, los cimentaríamos con honor.
Los hombres de honor están inmersos en la sociedad y si cada uno mantiene la firmeza de sus valores como principios, ayuda a que la estructura crezca sana. Por supuesto que el honor implica sacrificios, pero es la única forma de mejorar los materiales.
Si educamos a los nuestros en el respeto de los valores estaremos creando el futuro posible; aquel en que solo haya lugar para hombres de honor y llegaremos a una condición irrenunciable: solo es posible vivir en forma honorable.
Los hombres que no posean ese valor rector no tendrán lugar en una sociedad sana.
Si el incumplimiento de los valores que profesamos como ideales significa la pérdida del honor, en ese caso el único testigo seremos nosotros mismos.
En cuanto al incumplimiento de los valores que profesa y postula una sociedad por parte de quienes ejercen el poder, tiene como testigo a toda la sociedad.
Entonces el camino es claro: educar a una sociedad con valores, es formarla en el honor.
Para la masonería se toman en cuenta tres palabras fundamentales que nos identifica: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
La libertad es el mayor triunfo alcanzado por la humanidad, todo masón es libre para creer, pensar y sentir lo que su corazón, mente y espíritu le dicte. No se puede ser un masón quien no es libre. Por el culto al bien sin hacer daño a nadie, vivir y dejar vivir, libertad con honor.
La igualdad se alza como la mayor exigencia del diario vivir, el reconocimiento de la igualdad social marca la historia de la humanidad donde todos y cada uno de nosotros debemos aceptarnos tal cual somos con virtudes y defectos. En la masonería se buscan actitudes para aprender y enseñar a aceptar las diferencias legítimas, para valorarlas. El pensamiento de la igualdad conduce al honor.
La fraternidad es destacada en el sentido de la reconstrucción, teniendo que ver además con restaurar. Se constituye en el elemento práctico para develar el principal y verdadero misterio masónico, el cual no es otro que el conocimiento de si mismo, que a su vez no es otra cosa que el reconocimiento de pertenencia a una unidad.
En resumen vivir en libertad, pensando en igualdad y con sentimientos de fraternidad, nos conduce a ser hombres honorables.

Héctor Sulbarán M:.M:.