jueves, 15 de julio de 2010

EL HERMANO ORADOR


En el mundo profano se le llama Orador a la persona que arenga a la multitud o que habla en público, o la que lee un discurso anteriormente preparado ante un auditorio.
En los comienzos de la Masonería especulativa, año 1717, en las logias no existía el cargo de Orador; éste fue creado posteriormente por las logias francesas a principios del siglo XVIII, tal vez por recomendación del Masón Escocés Andrés Miguel Ramsey, más conocido como El caballero Ramsey. Se le atribuye el origen a la deficiencia constitucional de los franceses para hacer uso de la palabra ante sus pares.De los franceses pasó a las otras logias continentales y fue adoptado por la mayoría de las logias que trabajan en distintos Ritos.
La noble y delicada misión que la Constitución y Estatutos de las Grandes Logias ha encomendado al hermano Orador, es de tal trascendencia que le ha dado la calidad de custodio de la Ley Masónica, y del Derecho consuetudinario y escrito; en consecuencia, el Orador debe conocer perfectamente las normas jurídico-masónicas que rigen en el Oriente respectivo y ejercer sus funciones con independencia y autonomía, bajo los principios de legalidad y objetividad.A la denominación de Orador, se le agrega la de Fiscal, en concordancia con la función que éste tiene, de vigilar y velar, con ánimo crítico la observancia en el cumplimiento de la Ley Masónica.
Se sienta en el Oriente, a la izquierda del Venerable, frente al Secretario. Sus funciones son dobles: es el custodio de la Ley y, por otra parte, pronuncia discursos con ocasión de las ceremonias y presenta las conclusiones de los trabajos al final de cada tenida.
En nuestras Logias el Orador es el primero entre los oficiales de primera clase. Su cargo es uno de los más delicados de todos y sus funciones son muy importantes.
Desde su sitial no le es permitido expresar sus opiniones personales.
Si lo desea debe solicitar al V:.M:.que le permita en la tenida ocupar la columna de M:.M:. donde daría a conocer su criterio particular.
Lo anteriormente señalado tiene como razón ya que la función exclusiva del Orador es la de ser: “El Guardián y Conservador nato de los Estatutos y Reglamentos Generales de la Muy Resp:. Gran Logia del Perú y de los particulares del Tall:."
El Orad:. es el garante de las leyes masónicas y apoyo del V:.M:.
Si el V:.M:.constituye la acción, es él el resistente; en ellos se establece el debido equilibrio. En esta forma la Log:. no se halla sujeta a una sola voluntad ya que la Libertad, Igualdad , Fraternidad, la Razón, el Derecho y la Justicia encuentran en el Orad:. su más sólida garantía al unir la madurez de un recto juicio, su sólida erudición, avalando el que las dignidades, oficiales y miembros de la Log:. marchen por la línea de sus límites naturales que le indican la Constitución y Estatutos
Quien accede al cargo de Orador de una Logia, debe ser un masón de amplia cultura y de excelente formación masónica, pues su ardua tarea exige además, de sólidos conocimientos en Derecho Masónico, una bien estructurada concepción del Simbolismo y de la filosofía de los tres grados, así como una bien cimentada ética masónica y una buena capacidad de comunicación oral. Su función de custodio de la Ley le brinda poderes muy grandes. Puede oponerse a cualquier deliberación que sea contraria a las Constituciones o al reglamento general. Es el único oficial que puede efectuarle observaciones al Venerable durante una Tenida. La Logia sólo puede votar sobre las conclusiones del Orador.
Este oficial de la oratoria tiene que poseer el conocimiento de la ciencia masónica tanto ó mas que el V:.M:. su cualidad mas predominante es su buen criterio más que la elocuencia. El Orad:. prudente, mesurado e inspirado siempre por leales intenciones emociona a sus HH:. al encontrar en él la perfecta seguridad. Lo contrario seria un Orad:. que al adornarse con bellas frases lo que consigue es alucinar a los que le escuchan al alucinarse a sí mismo, y lo más triste seria el que no le entiendan.
La Log:. en su sabia decisión escoge para ocupar la tribuna de la elocuencia dentro de sus HH:. a uno que piense y juzgue con un sano criterio; que aprecie la regularidad y la justicia, y que sepa mantenerlas y fijarlas.
Por ser el Orad:. el Guardián de la Constitución, de los Reglamentos de la Orden y de los particulares del Tall:. tiene la obligación de estudiarlos y analizarlos para que al encontrarse con el conocimiento del bien que debemos hacer y del mal que debemos evitar, dentro de estas normas, pueda aplicarlas, interpretarlas e invocarlas en todas las acciones en que sea necesario en las discusiones y proposiciones de la Log:.
En ningún caso puede presidir la Log:. Es el encargado de llevar la palabra en su nombre dentro o fuera de la misma. De su diplomacia y de su acierto dependen la opinión y el buen nombre del Tall:. La libertad e independencia del Orad:. le son tan importante en sus funciones que para conservarlas no solo debe abstenerse de señalar sus personales opiniones en toda discusión; nunca debe presentar la menor proposición que pueda inducir a cambiar las ideas o el sentir de los HH:. En sus intervenciones debe indicar si lo que exponen sus HH:. se ajusta o no a las normas vigentes. Es decir, no tiene que manifestarse ni en contra como tampoco a favor de alguna de ellas. Emitidas las conclusiones del Orad:. a nadie le es permitido tomar la palabra; el Tall:. debe votar en favor o en contra de lo discutido o lo presentado. Después del resultado de la votación no se puede continuar el debate sobre el mismo tema ya que ello constituye un abuso ilógico, ilegal, y funesto para el Tall:. siendo el único responsable de esta situación el V:.M:.que lo tolere. Las conclusiones del Orad:. son tan importantes y delicadas puesto que de ellas depende el Orden o el que la Log:. se salga de sus normas naturales.
Uno de los principales deberes encomendados al H:. Orador, es instruir y explicar a los iniciados los cargos y símbolos de los grados. Esta instrucción y explicación es interesante para todos los obreros, pero especialmente a los recién iniciados.
Otro de sus derechos es el de presenciar el escrutinio de los votos y firmar las minutas y las actas de los trabajos de cada tenida, siendo las actas fuente de fe y de legalidad, debe velar con el más atento y cuidado para que las minutas se redacten con la más escrupulosa exactitud. El Orador es el encargado de celebrar con trazos de arquitectura las fiestas y ceremonias fúnebres que celebre la Logia, véase pues la importancia que tiene para una logia la elección del cargo de Orador y la trascendencia que envuelven todos sus actos, habiendo señalado algunos puntos más culminantes que se destacan del conjunto de sus atribuciones y de sus deberes.