No es una asociación benéfica, aunque considere
estas prácticas como un deber. No es una religión, ya que no impone a sus
miembros una creencia religiosa determinada. Los Masones pueden practicar la
religión de su preferencia, con tal que respeten las opiniones de los demás.
No es una secta, no proclama ni admite dogmas de
ningún tipo, respeta íntegramente las creencias de sus miembros y estos pueden
abandonar la Masonería en cualquier momento que lo deseen.
No es una asociación para obtener beneficios personales,
ya que no procura a sus miembros ventajas en los negocios o en la política.
No es una sociedad secreta, ya que no niega su
existencia y cuáles son sus propósitos y finalidades y normalmente se encuentra
inscrita en el Registro de Asociaciones de cada país, con los nombres y
apellidos de sus dirigentes y la presentación de sus estatutos.
No es un círculo de estudios ni una escuela filosófica,
ya que el trabajo en las Logias es solamente ritualístico, con arreglo y sujeción
a los diferentes Ritos en los que trabaja la Masonería.