La celebración de la Navidad data de la celebración
del nacimiento del sol para los antiguos romanos, el cual se daba según ellos
en el equinoccio de invierno, a la mitad de la noche más larga del año. Tiempo
después la celebración fue retomada por la tradición cristiana, cambiando al
sujeto de adoración, ya no se adoró al Sol, sino al Niño Jesús, “eterno sol de
la humanidad”, que nació en Belén y vino al mundo para anunciar a los pobres la
buena nueva de su liberación.
Con el paso del tiempo la celebración ha ido alejándose
de su verdadero significado, convirtiéndose en una fiesta comercial y de
consumo, perdiendo así su esencia de ser época de sana convivencia, amor y
fraternidad.
El llamado entonces es que asumamos pequeños
compromisos y los realicemos en compañía de la familia, tomemos acciones
solidarias que nos permitan apoyar a las personas más desprotegidas, mostremos
en un saludo, una sonrisa, en un acto de cordialidad y respeto a la vida;
regalemos la generosidad, la honestidad, la solidaridad y la conservación del
medioambiente como una práctica en esta época del año y continuarla a lo largo
de nuestra vida.
Esta es una fecha propicia para reflexionar y tomar
acción sobre el aporte de cada uno de nosotros en la felicidad de quienes nos
rodean. Si verdaderamente queremos celebrar la Navidad, debemos darnos el
tiempo para reconocer que es necesario y urgente trabajar por la construcción
de un mundo diferente, más humano y justo, donde las familias tengan lo
necesario para vivir dignamente y puedan garantizar a sus hijos la alegría
verdadera, esa alegría que nace de estar en paz con uno mismo y con las personas
que tenemos a nuestro lado.
Es hora de que todos unamos nuestros pensamientos
por que las cosas mejoren, para los que tienen menos en lo espiritual y
material que nosotros, por los que sufren en el mundo la triste realidad de la
pobreza y la desolación del espíritu, oremos por que la misericordia de Dios
les permita el renacer de la Navidad en sus corazones, la reconciliación y la
paz interior de la esperanza.
A pocos días de que finalice este 2019 , renovemos
nuestros corazones, enfoquemos nuestras energías en que el 2020 sea un año
mejor para todos, un año en que las desigualdades se lleguen a reducir y la violencia desaparezca, en donde todos
tengamos las mismas oportunidades de superación para nuestras vidas.
Con la llegada de un nuevo año renovemos nuestros
juramentos y continuemos en la búsqueda
constante al interior de nuestro Ser.
Que el G:.A:.D:.U:. nos permita continuar nuestra
labor en Paz y Armonía, y brinde unas Felices Fiestas a todos nuestros HH:. y a
sus familias.
La Comisión de Edición del Blog "Orden y
Libertad"
Diciembre 2019