El masón trabaja para perfeccionarse
individualmente, y así mejorar el mundo que le rodea. Es consciente que, únicamente
este camino, más largo y difícil, le permitirá alcanzar su objetivo. Ese
trabajo personal, íntimo y privado, se enfrenta en todo momento a un espejo en
el que mirarse: la presencia constante de otros masones, sus hermanos, que
impedirán que se deje llevar por la pereza, la auto-complacencia y la
desesperanza. De este modo, el franc-masón se convierte en una mejor persona,
dispuesta a esforzarse por el bien de los que le rodean.
Es habitual hacer listas de masones que trabajaron
incansables por alcanzar sociedades más justas, libres y solidarias a través de
la política, la legislación o la filosofía, pero, son estos una pequeña minoría.
La verdadera nómina de masones que, a lo largo de la historia, han hecho de la
Tierra un mejor lugar para vivir, se compone de masones anónimos, comprometidos
con pequeñas escuelas, periódicos locales o dispensarios municipales. Hombres dispuestos a obtener pequeños triunfos, frágiles avances, que sólo
permanecen en la memoria de los que disfrutaron de su amistad y colaboración.
https://logiamozart.info/blog/2017/274/el-mason-y-la-sociedad.html