lunes, 25 de octubre de 2010

SILENCIO EN LOGIA


Es un llamado del V.·. M.·. al inicio del Ritual, una convocatoria a nuestros pensamientos dispersos. Se trata del encuentro del si mismo, aspiración natural de restablecer la armonía interior entre tendencias disímiles a través del Silencio. La regla máxima de purificación mental, contra los deseos insanos, instintos y pasiones es el “Silencio”.
La disciplina del silencio, es una de las enseñanzas fundamentales de la Masonería. Quien hable mucho piensa poco, ligera y superficialmente; y la masonería quiere que sus adeptos se hagan más bien “Pensadores”, que, habladores. La máxima extraída primero piensa y luego pon en movimiento la lengua.
El silencio limpia el alma y educa el sentido de la verdad. Nada puede lograr tanta tranquilidad espiritual como el permanecer callado y rodeado de Silencio.
Si se os pregunta: ¿Qué es el silencio? Responded, “la primera piedra del templo de la sabiduría”. Esta sentencia Pitagórica explica porque el maestro de Samos obligaba al Iniciado a permanecer largos meses sin hablar hasta que hubiera adquirido el sentido de la verdad y nos explica también porque a los discípulos del 1er Gr.·. los llamaba “Acusticoi” es decir oyentes.
Una inscripción de un Templo Indostánico, hallase encabezada por tres (03) figuras de Monos, unos de los cuales se tapa los oídos, otro los ojos y otro la boca, leyéndose en ella: No oiga, no veas, no digas el mal. La practica de ese consejo, juntamente con la práctica del “Silencio”, es la mejor manera de evitar la “intoxicación de la mente”.
Los Monjes Hesicastas del Desierto alaban constantemente el silencio. El hablar les impide juzgar; y les confronta con ellos mismo.
Finalmente el callar nos ayuda, para que se calmen las emociones, serenarse, asentar los torbellinos de polvo mental que, como el vino enturbiado se aclara con el reposo.
El Silencio, es el primer lugar, el arte de estar, uno totalmente presente y atento en Log.·. y el estar presente, es la condición necesaria para el encuentro de uno con Dios.

M.·. M.·. Jose David Santana Alaniz