
La palabra Acrópolis proviene del griego acros (extremo) y polis (ciudad) y hace referencia a la parte más alta de una ciudad.
Con la intención de disponer de una mejor defensa, los primitivos pobladores emplazaban sus asentamientos en elevaciones naturales del terreno, preferiblemente con bordes escarpados. Con el tiempo, esta zona elevada se convertía en el núcleo a partir del cual iba desarrollándose el crecimiento urbano. Así nacieron ciudades como Atenas o Roma, la cual fue resultado de la unificación de siete poblados ubicados en sus respectivas colinas. Debido a la situación privilegiada, las acrópolis solían albergar los edificios más emblemáticos, como templos o plazas de reunión (ágora), y en ellas es que se reunían las personalidades de la ciudad o se celebraban actos importantes.
La acrópolis más conocida es la Acrópolis de Atenas, que incluye el Partenón en honor a la diosa Atenea.
La Acrópolis de Atenas puede considerarse la más representativa de las acrópolis griegas. La acrópolis era, literalmente, la ciudad más alta y estaba presente en la mayoría de las ciudades griegas, con una doble función, defensiva y como sede de los principales lugares de culto.
Con la intención de disponer de una mejor defensa, los primitivos pobladores emplazaban sus asentamientos en elevaciones naturales del terreno, preferiblemente con bordes escarpados. Con el tiempo, esta zona elevada se convertía en el núcleo a partir del cual iba desarrollándose el crecimiento urbano. Así nacieron ciudades como Atenas o Roma, la cual fue resultado de la unificación de siete poblados ubicados en sus respectivas colinas. Debido a la situación privilegiada, las acrópolis solían albergar los edificios más emblemáticos, como templos o plazas de reunión (ágora), y en ellas es que se reunían las personalidades de la ciudad o se celebraban actos importantes.
La acrópolis más conocida es la Acrópolis de Atenas, que incluye el Partenón en honor a la diosa Atenea.
La Acrópolis de Atenas puede considerarse la más representativa de las acrópolis griegas. La acrópolis era, literalmente, la ciudad más alta y estaba presente en la mayoría de las ciudades griegas, con una doble función, defensiva y como sede de los principales lugares de culto.
Cuna de la civilización latina es sin dudas el sitio histórico más importante de Grecia. Ubicada en una posición estratégica que domina toda el área circundante, esta pequeña colina de 300 m de longitud por 150 m de ancho y elevada 156 m sobre el nivel del mar, brinda unas hermosas vistas de la ciudad que la rodea. Los primeros habitantes de Atenas fortificaron sus murallas con enormes bloques de piedra, no obstante estas no impidieron la destrucción de las edificaciones que en ella se erigieron. Los monumentos que vemos hoy, son los trabajos del período clásico y se considera que ellos fueron erigidos por Pericles durante el periodo 447-406 AC.
Entre los arquitectos que tomaron parte en su construcción podemos citar los nombres de Iktinos, Mnisiklis y Kallikrates, sin olvidar por supuesto la gran influencia del escultor Phidias. Los monumentos de la Acrópolis contienen los ejemplos más representativos de la asombrosa arquitectura ática del período clásico. Destacamos allí:
El Partenón: durante el período 495-480 AC se comenzó a construir, es un templo dórico de mármol que nunca se completó. Destruido a medias por los persas, luego Pericles promoviendo la grandeza de Atenas incorporó secciones de su estructura al Partenón. Su construcción definitiva comenzó en 447 AC y se inauguró en 438 AC. Seis años más tarde y bajo la supervisión de Phidias se completó su decoración. Puede afirmarse que desde entonces constituye una de las creaciones más perfectas del espíritu humano, un símbolo de la belleza clásica y el logro supremo de la arquitectura griega antigua.
El templo Atenea-Nike o de la Victoria. Se trata de un monumento pequeño y elegante de estilo jónico levantado en el 427-424 AC, del lado sudoeste de la Acrópolis.
El templo más sagrado de la antigüedad era el Erection, está al norte del Partenón y es el segundo templo más grande del área. Su construcción comenzó en el 421 AC y concluyó en el 405 AC.
Otras singulares obras para disfrutar dentro de este recinto arqueológico son Los Propileos, el Odeón de Herodes Atico y el antiguo teatro de Dionisios.
Además se ha instalado allí el pequeño pero interesantísimo museo de la Acrópolis del que destacamos la escultura del Moscóforo y una de las auténticas Cariátides (columnas con forma de mujer).