viernes, 3 de julio de 2009

El masón ante la sociedad.

Todos debemos sentir la satisfacción del deber cumplido cuando lo hemos hecho ya que lo juramos frente al ara, y eso encierra un cúmulo de enseñanzas de moral y de civismo, que nos conducen hacia el conocimiento de nuestros deberes sociales.
La palabra sociedad deriva de la lengua latina “societas-atem”, que se refiere a una reunión de personas, de familias, de pueblos, o de naciones, es también una agrupación de individuos, constituida legalmente, así tenemos a la sociedad regular colectiva; con socios con los mismos derechos y obligaciones, la sociedad comanditaria o en comandita; encontramos 2 clases de socios unos que gozan de derechos con determinadas obligaciones y otros comanditarios que tienen limitadas sus responsabilidades, la sociedad anónima, sociedad cooperativa; formada generalmente por obreros, que procura ventajas económicas a sus miembros, sociedad accidental, sociedad conyugal.
La base principal para que una sociedad se organice y subsista de índole profana es necesario que impere la unión, la disciplina y la honradez.
Por lo que respecta a nuestra augusta institución, no cabe la menor duda, que es una verdadera sociedad, constituida por hombres libres e independientes, respetuosos de sus compromisos, y dispuestos siempre a cumplir con sus deberes y cuya divisa ha sido practicar la moral, la tolerancia y la fraternidad, a pesar del sectarismo y oscurantismo déspotas y tiranos que son el anatema de las masas populares, la sociedad masónica sigue adelante en sus propósitos y en sus conquistas de emancipación individual y colectiva.
Las enseñanzas masónicas dentro del simbolismo contienen infinidad de doctrinas morales, poseen los conocimientos de la ética social, que debemos estudiar para conducirnos dentro del seno de la familia, entre la sociedad para con la patria con la humanidad.
En consecuencia, la ética masónica, la social, la privada y la intima, constituyen uno de los mas esenciales principios, que dan origen a la unión a la armonía y a la fraternidad, para mantener las relaciones entre todos los seres civilizados; circunstancia por medio de la cual, nosotros los masones; debemos de buscar como una obligación sagrada todos los medios posibles y bajo un ambiente fraternal, el acercamiento social, que nos permita aplicar los grandes preceptos de la confraternidad universal, misma que nos facilita disfrutar de nuestras relaciones familiares, de procurar honradas expansiones, de hacer conocer nuestras sanas costumbres, de poder elevar nuestra intelectual; así como proceder a demostrar la esmerada educación que hemos recibido, dentro de la escuela filosófica impuesta, por los altos ideales masónicos
Y que se haga notar su acción moralizadora; puesto que, de la propia masonería han surgido el mayor numero de filósofos, de moralistas, de legisladores, de estadistas y de demócratas, que han conducido a la sociedad, y pueblos enteros, por el camino del bien, del progreso y de la felicidad.
Otro de los deberes mas sagrados es el de contrarrestar con diligencia, la de combatir con prudencia y la de evitar con serenidad y energía, las causas y motivos que originan a los vicios morales y materiales. Por lo cual vemos que el masón, al ejecutar su obra desmoralizadora y desfanatizante, en cualquier lugar del mundo en que resida, se concreta en ocasiones; a enjuagar los mares de lagrimas, que aun derrama la humanidad desvalida, en medio de la desesperación y sumida entre las miserias de los pueblos, ahí es donde existe el campo propicio para, para desarrollar la labor masónica , destruir a las injusticias de los poderosos, de los regímenes totalitarios, establecidos para esclavizar a la conciencia del individuo, debemos ir al sacrificio moral y material, cuando se trata de salvar a los pueblos, de la ignorancia y de la opresión, con el fin de hacer que reclamen, sus libertades y su independencia, y de esa manera pueda renacer, haciendo imperar, los sagrados principios que demandan la indulgencia, la virtud, la razón y la justicia, como faros resplandecientes que iluminan a las grandiosas columnas, que sostienen de manera firme e imperecedera, a las máximas en que descansan o se apoyan los sublimes conceptos que establecen el respeto al derecho ajeno.
Otro principio que debemos estudiar es el de la tolerancia principio inmutable que es una gran cualidad que solo el hombre virtuoso, puede llevar a la practica con determinada facilidad, por que tiene que ser la conciencia, el raciocinio y la inteligencia del hombre preparado, lo que deba resolver esa interpretación que se da a la tolerancia.
La tolerancia es una virtud que dignifica al individuo que sabe vivir en forma armónica entre sus semejantes, cualidad esencial y propia para el filántropo.
La tolerancia trae como consecuencia directa los sentimientos de donde emana la amistad, teniendo en cuenta la tolerancia religiosa y política no permitiendo en la primera que domine el fanatismo y en la segunda el irraciocinio e injusticia.
Y por estos motivos hermanos, es por lo que eternamente en forma simbólica, preside los trabajos de nuestras logias, como un influjo que jamás dejara de imperar; hasta en tanto que los vicios, la ignorancia, el fanatismo, y las ambiciones humanas, hayan desaparecido de la superficie de la tierra.
Por esa razón los masones, animados por los sentimientos y el espíritu de confraternidad universal desconocen al odio, olvidan los rencores, eliminan a la envidia y destruyen en forma radical, al egoísmo insano.
Seamos pues para la familia y la sociedad, todo un ejemplo de moralidad, de civismo y de virtudes, para que inspiremos a nuestros semejantes e hijos, con el loable propósito de adquirir el honroso titulo de hermanos.