A veces subestimamos nuestras acciones, pensamos que
una llamada telefónica, un abrazo o una simple sonrisa no tendrán un alcance
considerable en las personas con las que interactuamos, pero resulta que
cualquier gesto de cariño puede cambiarle el momento, el día e inclusive, sin
pretender dramatizar, la vida a una persona. Nuestras acciones son muy
poderosas, inclusive una oración oportuna puede ser de utilidad cuando de
ayudar a nuestros allegados se trata, todo depende de la buena energía y
disposición con las que se ejecuten.
Pensar en los demás nos permite inclusive salirnos
un poco de nuestro propio mundo, de nuestros problemas, dar muchas veces tiene
mayor satisfacción que recibir. Complacer, hacer sonreír, colaborar, escuchar,
ayudar a alguien nos permite ofrecer algo de nuestra luz, compartir lo que
somos en esencia con quienes nos importan.
No debemos hacer las cosas con la intención de
recibir algo a cambio, pero el universo siempre se encarga de aplicar la ley de
causa y efecto, si dedicamos parte de nosotros a quienes nos rodean, si nos
esforzamos por sacar de nosotros lo mejor para beneficiar a otro, esto es lo
que estaremos sembrando y no podremos recibir algo diferente en nuestras vidas.
R.·.H.·. Carlos Grados Lau
R.·.L.·.S.·. Cruz Austral Nº 12
Vall.·. de Lima
Or.·. del Perú