Postuló la teoría de las cuatro
raíces, a las que Aristóteles más tarde llamó elementos, juntando el agua de
Tales de Mileto, el fuego de Heráclito, el aire de Anaxímenes y la tierra de
Jenófanes, las cuales se mezclan en los distintos entes sobre la Tierra. Estas
raíces están sometidas a dos fuerzas, que pretenden explicar el movimiento
(generación y corrupción) en el mundo: el Amor, que las une, y el Odio, que las
separa. Estamos, por tanto, en la actualidad, en un equilibrio. Esta teoría
explica el cambio y a la vez la permanencia de los seres del mundo.
El hombre es también un compuesto
de los cuatro elementos. La salud consiste en cierto equilibrio entre ellos. El
conocimiento es posible porque lo semejante conoce lo semejante: por el fuego
que hay en nosotros conocemos el fuego exterior, y así los demás elementos. La
sede del conocimiento sería la sangre, porque en ella se mezclan de modo
adecuado los cuatro elementos de la naturaleza.
Posteriormente Demócrito postularía
que estos elementos están hechos de átomos.
Sostiene una curiosa teoría sobre
la evolución orgánica por su teoría de las raíces. Suponía que en un principio
habría numerosas partes de hombres y animales distribuidas por azar: piernas,
ojos, etc. Se formarían combinaciones aleatorias por atracción o Amor, dando
lugar a criaturas aberrantes e inviables que no habrían sobrevivido.
Muchas especies de criaturas vivas
tienen que haber sido incapaces de propagar su linaje, ya que en cada una de
las especies hoy día existentes o el valor o la velocidad ha
protegido desde el principio su existencia, conservándola.
Descubrió la fuerza centrífuga y el sexo de las
plantas. En astronomía identificó
correctamente que la luz de la Luna no era luz propia, sino reflejada, y creía
lo mismo del Sol. Asimismo consideró que la Tierra era
una esfera aunque esto parece estar más relacionado con su cosmología, según la
cual esta esfera -representante del mundo material- se llenaba y vaciaba de
amor o lucha interna.
Una leyenda, afirma que murió lanzándose al volcán Etna para tener un final
digno de su divinidad, aunque parece más probable que muriese en el Peloponeso.
Escribió los poemas De la
naturaleza y Las purificaciones , de los cuales se conservan fragmentos.
Estudios de finales del siglo XX llevan a suponer que las dos obras fueron
originalmente una sola.
La teoría de los cuatro elementos
que han de estar en armonía, permite elaborar una concepción de salud, que
tendrá amplia repercusión en la medicina griega posterior.
Utilizando otros términos
Empédocles considera al hombre un microcosmos (El hombre, concebido como
resumen completo del universo o macrocosmos), una suerte de mundo microscópico
(dado que contiene los mismos elementos) y ello le permite formular una
explicación de conocimiento por "simpatía": "lo semejante conoce
a lo semejante". Así, las emanaciones que proceden de las cosas entran por
los poros del cuerpo humano, yendo a encontrar lo semejante que en éste hay.
Vemos la tierra por la tierra, el
agua por el agua, el aire divino por el aire y el fuego destructor por el
fuego. Comprendemos el amor por el amor y el odio por el odio
Es decir un elemento lleva al otro
y es necesaria la existencia de uno para la existencia del otro.
Para Empédocles, la realidad es
concebida como una esfera, lo cual sugiere que parte de la concepción de
Parménides. La esfera de Empédocles equivale al Ser de Parménides, aunque a
diferencia de éste último, no niega el valor de las apariencias porque para él,
hay movimiento y hay pluralidad de seres. Lo que hace es introducir dentro de
la esfera a la variedad: en su interior se encuentran los cuatro elementos.
Podría decirse pues, que
inspirándose en Tales, Anaxímenes, Heráclito y Jenófanes, aúna de todos ellos
sus elementos primigenios. Cada uno de estos elementos es eterno e
imperecedero, pero al mezclarse entre sí dan lugar a la diversidad de seres y
cambios que se observan en el mundo.
La mezcla de los elementos es
producido por dos fuerzas cósmicas: el amor y el odio. Son fuerzas que también
se encuentran en el hombre y que al explicar en su lucha todo cuanto sucede,
determinan la visión trágica que Empédocles tiene de la existencia.
Estos elementos no cesan nunca su
continuo cambio. En ocasiones se unen bajo la influencia del Amor, y de este
modo todo devinen lo Uno; otras veces se disgregan por la fuerza hostil del
Odio y tienen una vida inestable .
Este mismo combate de dos fuerzas
se ve claramente en la masa de los miembros mortales. A veces, por efecto del
amor, todos los miembros que posee el cuerpo se reúnen en unidad, en la cima de
la vida floreciente. Pero otras veces, separados por el odio cruel, vagan por
su lado a través de los escollos de la existencia.
Para Empédocles, la vida del hombre es unánime y fusión única.
Para Empédocles, la vida del hombre es unánime y fusión única.