SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL, español (Petilla de Aragón, 1852 –
Madrid, 1934) Médico Investigador especialista en Patología del Sistema Nervioso Central, Histólogo. En 1869 su familia se trasladó a Zaragoza, donde su
padre había ganado por oposición una plaza de médico de la beneficencia
provincial y había sido nombrado, además, profesor interino de disección. En un
ambiente familiar dominado por el interés por la medicina, se licenció en esta
disciplina en 1873. Tras sentar plaza en la sanidad militar (1874), fue
destinado a Cuba como capitán médico de las tropas coloniales. A su regreso a
España, en 1875, fue nombrado ayudante interino de anatomía de la Escuela de
Medicina de Zaragoza.
Dos años más tarde, en 1877, se doctoró por la Universidad
Complutense de Madrid; por esa época, Maestre de San Juan le inició en las
técnicas de observación microscópica. Fue nombrado director de Museos
Anatómicos de la Universidad de Zaragoza (1879) y más tarde catedrático de
anatomía de la de Valencia (1883), donde destacó en la lucha contra la epidemia
de cólera que azotó la ciudad en 1885. Ocupó las cátedras de histología en la
Universidad de Barcelona (1887) y de histología y anatomía patológica en la de
Madrid (1892).
A partir de 1888 se dedicó al estudio de las conexiones de
las células nerviosas, para lo cual desarrolló métodos de tinción propios,
exclusivos para neuronas y nervios, que mejoraban los creados por Camillo
Golgi. Gracias a ello logró demostrar que la neurona es el constituyente
fundamental del tejido nervioso. En 1900 fue nombrado director del recién
creado Instituto Nacional de Higiene Alfonso XII. Estudió también la estructura
del cerebro y del cerebelo, la médula espinal, el bulbo raquídeo y diversos
centros sensoriales del organismo, como la retina.
Su fama mundial, acrecentada a partir de su asistencia a un
congreso en Berlín y gracias a la admiración que profesaba por sus trabajos el
profesor Kölliker, se vio refrendada con la concesión, en 1906, del Premio
Nobel de Fisiología y Medicina por sus descubrimientos acerca de la estructura
del sistema nervioso y el papel de la neurona, galardón que compartió con C.
Golgi.
En 1907 se hizo cargo de la presidencia de la Junta para
Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Un año después de la
presentación de la técnica del formol-urano por Golgi, desarrolló su técnica
del oro-sublimado, con la que se obtenían mejores resultados.
En 1920 renunció a la dirección del Instituto Nacional de
Higiene y el rey Alfonso XIII autorizó la fundación del Instituto Cajal de
Investigaciones Biológicas, que quedaría instituido dos años más tarde y al que
Cajal dedicaría sus esfuerzos hasta su muerte, tras abandonar la docencia
universitaria. Prueba de la intensa actividad que despliega todavía en este
período es la publicación, en 1933, del trabajo titulado «Neuronismo o
reticulismo», en la revista científica Archivos de Neurobiología, aportación
que se considera su testamento científico.
Ramón y Cajal fue el creador, además, de una importante
escuela, a la que se deben contribuciones esenciales en diversos campos de la
histología y de la patología del sistema nervioso. Entre sus discípulos
españoles destacan J. F. Tello, D. Sánchez, F. De Castro y R. Lorente de No. Su
labor gozó de un amplio reconocimiento internacional, que no sólo se
circunscribe a su época.
Fue iniciado en la logia “Caballeros de la Noche” Nº 68 del Vall:. de Zaragoza adscrita al Gran Oriente Lusitano Unido.