"...Yo
quiero vivir en un mundo sin excomulgados. En un mundo en que los seres sean
solamente humanos.
Quiero que
la gran mayoría, la única mayoría -todos- puedan hablar, leer, escuchar,
florecer.
No entendí
nunca la lucha, sino para que esta termine. No entendí nunca el rigor, sino
para que el rigor no exista.
Lucho por
esa bondad ubicua, extensa, inexaustible.
De todo lo
vivido, me queda una fe absoluta en el destino humano.
Una
convicción cada vez más consciente de que nos acercamos a una gran ternura.
Sé que
existe el peligro de la catástrofe nuclear.
Pero esto no
altera mi esperanza. Sé que un día entrará la luz definitiva. Que un día nos
entenderemos todos.
Que
progresaremos juntos.
Y esta esperanza,
es irrevocable..."
Pablo Neruda