La decisión de si su agenda tiene
lugar para la masonería es suya. No se deje paralizar por la idea de que se
necesita mucho tiempo; pero tampoco se engañe pensando que esta es una
organización para llegar una vez y desentenderse. Si usted desea incursionar en
un proceso de auto transformación y servicio a la humanidad a través del método
masónico, la asistencia y el estudio regular son la clave.
Desde el punto de vista del tiempo,
la actividad masónica se compone de dos partes: el trabajo grupal de la organización
y lo que cada quien le dedica en su vida privada.
El trabajo grupal se realiza en
fechas preestablecidas, según un calendario anual. La asistencia a estas
actividades semanales proporciona grandes beneficios: se fomentan las buenas
relaciones humanas; se comparten opiniones, ideas y descubrimientos; se
despejan dudas e inquietudes; se amplía el conocimiento y se transmite el
bagaje de la propia tradición.
El trabajo privado o personal lo
administra cada quien en su diario vivir, a su ritmo y según sus necesidades e
intereses. Implica el estudio, la lectura, la meditación en los símbolos
masónicos y, sobre todo, la aplicación práctica de lo aprendido. El
conocimiento se traduce en formación de actitudes, valores, comportamientos y
puntos de vista que paulatinamente nos van transformando a un nivel interno y
estructural. El objetivo es ser diferente, no
solo hacer algo diferente.
El trabajo grupal consiste en una
sesión a la semana, en un día y hora ya establecidos por la agrupación a la que
la persona desea unirse. Para el trabajo individual no hay obligaciones ni
fórmulas. Puede ser algo tan sencillo como incluir un libro de masonería en las
lecturas usuales.
Conforme pasen los años, si así lo
desea, puede aumentar su nivel de compromiso y responsabilidad al asumir alguna
labor activa a nivel organizativo, siempre y cuando se lo permitan sus
actividades y obligaciones personales. Ya para entonces podrá valorar cuánto
desea aportar al grupo. A partir del momento de su admisión, una persona puede
seguir asistiendo a la masonería hasta el final de su vida, si así lo elige.
Siempre la decisión será suya:
infórmese sobre los beneficios de pertenecer a una organización masónica,
defina sus prioridades, analice su agenda y valore si los beneficios superan
los potenciales sacrificios. Si es así, tal vez ya ha llegado el momento de
solicitar su admisión.