Son muchos los indicadores que
anuncian serios transtornos en la edad contemporánea, sin que todavía se
comprenda la que viene.
Los modelos económicos de libre
mercado, que a comienzos de los años 90 se presentaban, con importantes
victorias estadísticas, como imbatibles y exitosos, comienzan a naufragar por
una incapacidad de ahorro creciente y por el descalabro de servicios
fundamentales. La defensa de la vida humana, ante signos abrumadores, será
siempre superior a los planes que la condenan.
El termino de la Guerra Fría
(1949-1990), creada por la Segunda Guerra Mundial para dividir al mundo en Este
y Oeste; la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989; la Guerra del
Golfo Pérsico de enero y febrero de 1991; la proscripción del Partido Comunista
el 29 de setiembre de 1991 por el Parlamento soviético después de 74 años de
florecimiento sin contrapeso; el fin pacifico de Checoslovaquia el 1º de enero
de 1993, cuando nacen las Repúblicas Eslovaca y Checa; el acuerdo de mutuo
reconocimiento entre Israel y la OLP el 13 de setiembre de 1993; la disolución
del Parlamento de Rusia por el Presidente Boris Yeltsin, el 21 de setiembre de
1993; la desesperada resistencia de Chechenia y la tragedia, que continua en
1997, de los refugiados en la región africana de los Grandes Lagos, la mas
densamente poblada y donde lo esencial es la tierra, - Ruanda, Burundi y la
parte oriental de Zaire que se desintegra,- revelan la inestabilidad e
incertidumbre en que se mueve el mundo de hoy.
Como si fuera poco, el continuado
proceso de desintegración de las seis repúblicas de Yugoslavia, derivado de las
tensiones entre los 30 grupos étnicos y la trágica explosión de sus movimientos
nacionalistas, que en 1996 costaron mas de 300 mil vidas, unido a la
inestabilidad política y al empobrecimiento y desamparo de gran parte de la
humanidad, genera controvertidas esperanzas, desafíos y búsquedas que no pueden
agotarse.
Mas de 100 millones de personas,
por razones políticas y económicas, viven en un lugar diferente de su país de origen
y buscan solidaridad, compasión y justicia, en tanto hay conflictos armados en
mas de 17 paises de todos los continentes y mas de 150 conflictos de tensión
que amenazan al mundo. Las paz esta ausente en las tres cuartas partes del
planeta. La escandalosa pobreza critica afecta en América Latina a mas de 100
millones de niños menores de 18 años, casi la mitad de la población infantil de
la región, lo que representa, a su vez, el 45% del total de los
latinoamericanos.
Frente a este cuadro desolador, muchos
pueblos se sienten confundidos y fatigados en tanto que el hombre de hoy anhela
democracias y programas económicos que no sacrifiquen la justicia ni la
libertad.
La Masonería puede ser, en los años
que vienen, una de las instituciones portadoras de grandes esperanzas e
inquietudes que contribuya a encontrar el camino solidario de una democracia
que no sea de predica, sino de persuación y de justicia y no de sarcasmo.
La Masonería no es un partido no
una religión sino una escuela de perfeccionamiento ético al servicio del hombre y, a través suyo, de la sociedad.
La Masonería es una de las grandes posibilidades para que el hombre fortalezca
las tradiciones culturales y espirituales y deje, a las nuevas generaciones,
una sociedad mas justa y humana y pueda construir, un trabajo solidario, un
futuro próximo de paz y de equidad.
R:.H:. Edgar Perramón Q.
Or:.Venezuela