Todo pensamiento nace de la experiencia.
Cada uno de nosotros podrá encontrar en sí mismo la verdad de su propia
experiencia, cuando su mente se limpie de prejuicios e ideologías.
Sólo el conocimiento que llega desde dentro
es el verdadero conocimiento. Desciende a las profundidades de ti mismo, y
logra ver tu alma buena.
Es mejor que nos preguntemos a nosotros
mismos en lugar de al mundo: conócete a ti mismo.
Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay
un mal: la ignorancia. La verdadera sabiduría está en reconocer la propia
ignorancia (falta de conciencia).
Entre la Sabiduría y la ignorancia está el
opinar rectamente.
Sólo sé que no sé nada; y esto cabalmente
me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo.
Filosofía es la búsqueda de la verdad como
medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta.
La felicidad la hace solamente uno mismo
con la buena conducta.
El deber del hombre es cuidar el alma y hacerla
tan buena como sea posible y así poder dar cuenta de lo que cree y de lo que
hace.
Hacer el mal es involuntario y es una falsa
estimación del bien, pues el mayor deseo del hombre es hacer el bien y lograr
la felicidad.
La verdadera virtud consiste en el
conocimiento del bien y practicarlo.
Es preferible sufrir una injusticia, que
cometerla.
El orgullo engendra al tirano. El orgullo,
cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose
sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay
posibilidad de salir.
El mal no debe hacerse a nadie, pues hacer
el mal a alguien no te vuelve mejor, más bien al contrario y es un
comportamiento antieducativo y antipolítico.
Debes tomar cada decisión atendiendo a tu
entendimiento sobre lo que es bueno y sobre lo que no es bueno, sobre lo que es
correcto y no lo es.
Sócrates.