Cuando Sócrates estableció la verdad como un valor que trasciende la
existencia de los seres humanos, e incluso de los dioses griegos, lo que en su momento le costó la muerte; cuando el cristianismo estableció que el valor de la salvación para
aquellos que habían ejercido una vida digna de tal favor también se estableció
que la salvación trasciende la existencia de los seres humanos.
Posteriormente se estableció que estos valores que trascienden la
existencia humana no son científicamente establecidos y la consecuencia de
seguir usándolos como valores de la existencia humana sería que se crea
jerarquía en la especie humana, los que están más cerca de estos valores serían
privilegiados y los impíos estarían muy alejados dentro de la jerarquía social.
Esta jerarquización de la humanidad generó que se estableciera la necesidad de
encontrar lo que nos hace iguales y no lo que nos diferencia, menos si los
valores empleados para jerarquizar son valores impuestos de manera no
científicamente comprobable.
Se estableció que lo que hace iguales a los seres humanos son sus
pasiones, y que la atención de ellas es lo que debe ser valorado. Sin embargo,
lo que se hacía era implementar nuevas metafísicas que no tienen validez
científica, criterio que si se empleó para descartar validez a la verdad
metafísica y a la salvación cristiana.
Luego surgió la necesidad de controlar las posibles consecuencias
negativas de las acciones humanas destinadas a satisfacer sus pasiones lo que
origino que Hobbes estableciera nuevas formas de control social destinado a
satisfacer las pasiones de las mayorías pero evitando sus consecuencias
negativas, para ello indicó que la voluntad humana se moviliza por miedo o
deseo.
Así surgió la necesidad de valorar la libertad individual como el valor
nuevo a defender y reemplazar a la verdad metafísica y la salvación cristiana.
Locke planteó que en vez de establecer formas de control social lo correcto es
amasar fortuna como medio de lograr seguridad para la libertad individual, con
lo que ligó el concepto de expansión económica-financiera y propiedad privada a
valorada libertad individual. Así que, cuando valoramos la libertad individual
implícitamente estamos valorando la expansión económica-financiera y la
propiedad privada. Así pues, la igualdad incluye la igualdad por atender sus
pasiones que la mayoría considera atendibles. La libertad implica la libertad
del individuo junto a la propiedad privada y expansión económica-financiera por
encima del bien común.
Esto permitió que se implementara formas de gobierno sea republicanos o
parlamentarios en vez de monarquías primero en Inglaterra, luego en Europa y
América. Estas propuestas fueron difundidas en un solo paquete con resultados
prometedores de los avances científicos que prometían la industrialización y
con ello el bienestar general lo que llevaría a la fraternidad universal, lo
que fue aceptado plácidamente por la humanidad europea pero aceptando al mismo
tiempo la igualdad y la libertad antes definidos y establecidos.
En realidad, ni la libertad ni la igualdad ni la fraternidad se han
alcanzado, hoy vivimos en una suerte de horror sagrado que se caracteriza por
el enfrentamiento con nosotros mismos por alcanzar a satisfacer nuestras
pasiones. Vivimos en medio de diversión, consumo, impunidad y exclusión y sin
deseo de reflexionar acerca de nuestra pasión y la confrontación racional con
los poderes y las verdades vigentes. Siendo estas reflexiones tareas éticas que
también forma parte de la libertad de pensamiento humano.
Foucault estableció que estas preocupaciones son necesarias porque
indicaba que la ética es una relación consigo mismo y la política una relación
con los demás. Así pues, la excelencia y la carencia políticas dependen de la
solidez o debilidad de los principios de regulación moral de los sujetos
relacionados.
Ahora, supongo que muchos se preguntarán para qué teoría en tiempos
aciagos. Y la respuesta la tenemos en la misma historia, cuando vivimos los
tiempos de la dominación hegemónica surgió la necesidad de cuestionamiento de
la verdad metafísica y de la salvación cristiana. Porque respondía a la
necesidad d poder dilucidar quiénes quisiéramos llegar a ser.
De todas las formas de cuestionamiento de lo existente podría ser
explorar lo privado en función de lo público. Aunque esto suene a que se
privilegie el bien común por encima de la libertad individual. Lo que se
cuestionaría sería no es la existencia de la libertad individual sino el
saber interactuar armoniosamente con el otro. Esta crisis ya la pasaron los
griegos, los romanos, los cristianos, y lo superaremos nosotros.
La decadencia de los imperios se ha dado cuando se reduce lo público, lo
que genera un rechazo contra lo privado. Desde ese lugar se plantea la
posibilidad de hacer una obra de arte con la propia vida. ¿Acaso los masones
operativos no hicieron obras de arte con piedras? Ardua tarea será lograrlo,
porque no se trata de copiar modelos del pasado, ni de adherirse acríticamente
a normas establecidas, sino de crear valores. Por lo que se hace necesario un
renacimiento nuevo que culmine en una nueva ilustración. Se requiere, como
antaño, entrelazar moral con belleza. El sentido último de la ética estética es
la aspiración de ser libres en una sociedad libre. Hoy individualmente podemos
ser libres pero no vivimos en sociedades libres y esa es la cuestión que esta
pendiente por resolver para poder saber qué queremos ser.
Q:.H:. Virgilio Salinas