Recuerdo que cuando niño trataba de ser
jovial, extrovertido, comunicador y en alguna ocasión solía leer un libro
titulado: Como hacer amigos?; todo, pero todo, en el afán de búsqueda de una
fórmula un tanto mágica y otro tanto “mecanicista” para así atraer a mis
coterráneos… lo que no sabía, era que tenía que empezar por lo más básico: por
mi mismo…
La amistad, definida como relación
interpersonal, va mucho más allá de una relación fraternal, bidireccional, ya
no estamos hablando de simples conocidos ni por casualidad contactados o de
aquellos que en vez de intercambiar en persona palabras, gestos y emociones,
solo saben de su extremo opuesto al escribir palabras sin sentimiento a través
de un medio electrónico…
La amistad es más que eso, tal vez
involucra un conocimiento que extrapola los simples adjetivos que la definen y
la involucran, pues esta puede llegar a trasponer barreras, diferencias y peor
aún, emociones trascendentales.
Ante las constantes y regulares abordajes
en busca del inicio de una “amistad”, muchas tan cercanas que simulan gestar
una verdadera relación o por lo menos su comienzo…una triada de acertijos
siempre han estado presente en mi conciencia: Como he de reconocerlos? –Como he
de mantenerlos? -Que ama en nosotros el que nos quisiera distintos? Estando
seguro que al resolver esta triada las respuestas que decoran el camino que
hace la amistad como problema, el dilema estaría resuelto…o por lo menos, se
haría un intento…
Es difícil diferenciar entre la buena
intención y la morbosa, es difícil diferenciar entre la clara palabra y la
oculta, pero es muy fácil reconocer y estimar, la mano en la dificultad y la
palabra de aliento en la adversidad… Bien alguien decía: Como he de conocer a
mis enemigos? Y alguien sapiencialmente respondió: “Darle poder y lo
conoceréis…”; es así entonces, que tenemos una formula clara: también podemos
en contraposición reconocer a nuestros amigos!!!
El amigo no restringe ni condiciona lo más
preciado: la libertad; al contrario, la facilita. La solidifica respetando los
espacios y la engrandece compartiéndola…, la afina buscando las alternativas
que a través de la continua renovación se puedan presentar para mantenerla,
pero en ningún momento sometiendo o condicionando…
El amigo que sabe llegar al fondo de
nuestro corazón, verdaderamente ni aconseja ni recrimina, solo ama y calla; el
autentico amigo es el que sabiendo todo sobre uno, simplemente sigue siendo
nuestro amigo, ciertamente te acompañara de igual forma tanto en el éxito como
en el infortunio porque su divisa es la igualdad de condición y la demostrada
fraternidad, porque en verdad, los amigos verdaderos, son los que vienen a
compartir nuestra felicidad cuando se les llama y nuestra desgracia sin ser
llamados…e aquí que se me viene a la mente otra enseñanza de mis
progenitores:”Si usted es mi amigo, hágame quedar bien!!!”
Ciertamente queda hasta aquí demostrado que
cuando es uno amigo de sí mismo, es amigo de los demás; de que aquel amigo que
dice ser amigo de todos no es amigo de nadie y de que hay que escribir en la
arena del mar sus faltas para que el vaivén de las olas lo restituya de nuevo a
su forma original. De que hay que tener siempre claro que la confidencia
corrompe la amistad, el mucho contacto la consume, pero el respeto, el respeto
propio y ajeno en todo momento la conserva y la hace perdurable; por ello, que
lo único que hay que pedirles a los amigos es honestidad y solo por supuesto en
retribución, hacer con ellos lo justamente honesto…
De todo esto puedo ya concluir, que son las
relaciones con las personas lo que da valor a la vida y de que la amistad
verdadera requiere solo tres cosas: la virtud para ser honesta, la conversación
presencial para ser agradable y la utilidad porque le es necesaria y de que si
los ciudadanos de forma desinteresada y sincera practicásemos verdaderamente la
“amistad” estoy seguro, no habría necesidad de la justicia…
Por último, y como epilogo, ya puedo decir
con entera confianza y por la pequeña autoridad que me confiere este ensayo,
que el hecho de hacer amigos, mantener amigos y decir “soy amigo” es por sobre
todo; un trabajo y un deber…: masónico!!!