miércoles, 31 de marzo de 2010

SENTIDO DE RESPONSABILIDAD


Una de las cualidades esenciales del buen masón, es el sentido de responsabilidad;esto es, la conciencia integra que se tiene para manejar debidamente los actos que marcan una conducta directamente relacionada con el deber moral; sentido de responsabilidad, que proyectara la personalidad del individuo hacia la sociedad en quevive e incluso ante el Ser Supremo.
Cuando se carece de sentido de responsabilidad, se facilita sin duda el pasajero modo de vivir. Cualquiera de nuestros actos se justifica plenamente por los propios resultados favorables que del mismo se obtienen, pero al no relacionarlo con el otro sentido, el del deber, omitimos el cumplimiento de las obligaciones que la relación con nuestros semejantes nos impone. Y si esto es elemental en la convivencia diaria en los diferentes medios en que nos desenvolvemos, es fundamentalmente vital en la vida masónica en la que el sentido de responsabilidad, esta basado
en juramentos prestados voluntariamente sin coerción alguna sobre quienes lo prestaron y cuyo cumplimiento crea de por sí, un sentido estricto de responsabilidad que no podemos soslayar mientras permanezcamos dentro de la Orden y aún fuera de ella, si queremos seguir considerándonos como masones.
Ese sentido de responsabilidad facilitara el cumplimiento de las promesas que hicimos ante nuestros Hermanos, así como lo hicimos ante nosotros mismos y nos abrirá el camino para la realización de las obligaciones contraídas.
Cuando nos sintamos débiles, cuando vacilemos ante las exigencias de los postulados que hicimos propios; cuando aspiremos a que la Orden se acomode en sus lineamientos tradicionales a nuestros deseos, recordemos la emoción desarrollada en el acto iniciático y la modestia con que aceptamos cumplir gozosamente las ideas básicas de nuestra Augusta Institución. Recordemos en esta emoción, el resplandeciente fulgurar de aquellos que consideramos maestros en la humildad, en el conocimiento del intrincado camino que nos conduce a la perfección. Recordemos que fuimos a buscar algo nuevo, algo que se aparte del ordinario continuo batallar por llegar a codazo limpio a puestos de relumbrón y acomodo; que renunciamos a todo, por obtener un intento de perfeccionamiento humano.
No podemos, al ir escalando las diversas jerarquias de la Orden, perder conciencia de este sentido de responsabilidad, antes bien, observemos que este grado de responsabilidad aumenta en progresión directa en relación con los nuevos títulos que alcanzamos, títulos, grados y jerarquias que no se nos confieren para nuestro exclusivo regodeo, ni como prebenda estéril que tan solo sirva para mirar, a los que no llegaron todavía, como subordinados complacientes dispuestos siempre a servirnos en el halago, sino en otra clase de servicio. Si en algo se nos distingue, es para exigir de nosotros mayores y mejores esfuerzos, mayor colaboración en la guia de quienes estan instruyéndose en los difíciles y muchas veces incomprendidos principios de la Masonería.
Mayor sentido de responsabilidad, sin el cual, habremos llegado hasta la cumbre, si, pero desde ella, ni sabremos captar la esplendente visión de las metas cercanas, ni sabremos observar con serenidad las cimas que abajo dejamos.
Sentido de responsabilidad base fundamental para ser un buen masòn, ya que sin èl, habremos dejado de serlo.
Nuestro H:. José Ingenieros en su época publico un artículo en donde expone lo siguiente:VERDAD "Todo progreso moral es el triunfo de una verdad sobre una superstición”. El Renacimiento de las artes y las ciencias fue una revolución tan grande que aun persiste el eco de ese conflicto entre lo medieval no extinguido y lo moderno en formación.
Y la fuerza magnifica puesta en juego por sus actores, fue la verdad; el deseo de la verdad lógica, en la ciencia; el deseo de la belleza, que es la verdad en el arte; el deseo de la virtud, que es la verdad en la moral; el deseo de la justicia, que es la verdad en el derecho.
Amar la verdad es contribuir a la elevación del mundo moral; por eso ningún sentimiento es mas odiado por los que tendrán que mentir. En todos los tiempos y lugares, el que expresa su verdad en voz alta, como la cree, lealmente, causa inquietud entre los que viven a la sombra de los intereses creados. Pero aunque a toda hora le acechen la intriga y la venganza, el que ama su verdad no la calla; el hombre digno prefiere morir una sola vez, llevando incólume su tesoro.
El cobarde muere moralmente cien veces, si otras tantas reniega por miedo. Es vil quien prostituye sus creencias en la hora del peligro, mintiendo para ganar el perdón de sus propios enemigos. La cobardía moral es de suyo tan infame que ninguna pena podría aumentar su vergüenza. Y la mayor de todas las cobardías consiste en callar la verdad para coger las ventajas que ofrece la complicidad con la mentira.
Las verdades pueden ser peligrosas para quienes las predican. Pero, el que las ama, lejos de arredrarse por el peligro, debe provocarlo, enseñándolas a los que aun pueden aprenderlas, pues en el corazón de los jóvenes la verdad es como el calor del sol, que en los jardines se convierte en flores. La verdad es la mas temida de las fuerzas revolucionarias; los pequeños motines se fraguan con armas de soldados, las grandes revoluciones se hacen con doctrinas de pensadores.
Todos los que han pretendido eternizar una injusticia, en cualquier tiempo y lugar, han temido menos a los conspiradores políticos que a los heraldos de la verdad, porque ésta, pensada, hablada, escrita, contagiada produce en los pueblos cambios mas profundos que la violencia. Ella siempre perseguida, siempre invencible es el más eficaz instrumento de redención moral que se ha conocido en la historia de la humanidad.

R:.H:. Fausto O. Trujillo
B:.R:.L:.S:. "Fraternidad y Progreso" No. 28