martes, 15 de septiembre de 2009

FE, ESPERANZA Y CARIDAD

Si bien es cierto, nuestros símbolos masónicos no contienen ninguna clase de significado religioso, no podemos perder de vista que su finalidad esencial es la de procurar o estimular el crecimiento intelectual y espiritual del hombre.
Pero para alcanzar estos fines sublimes, no basta la comprensión y el análisis de la simbología masónica, sino que debemos procurar comprender y aprehender todo el misticismo e ideología que encierran igualmente los textos bíblicos y religiosos.
Dentro del poco tiempo de ir andando en los caminos de la espiritualidad y el esoterismo, he observado la existencia de tres grandes virtudes, las cuales se encuentran presentes en las corrientes filosóficas que inspiran tanto las órdenes religiosas como las denominadas simbólicas; hablo de la Fe, la Esperanza y la Caridad.
Con respecto a la Fe, esta puede ser entendida como aquella verdad íntima, propia del conocimiento interno del hombre, o como lo diría el Maestro Platón, es la virtud "que se alimenta de sí misma, porque los logros del conocimiento verdadero son fuente y causa de otros, y porque una vez logrados, siguen allí, fecundando al alma, y no se pierden jamás".
En la masonería la Fe se explica en nuestra creencia ineluctable hacía los símbolos, pues son ellos los que no solo nos guían el camino hacía la perfección humana, sino que además nos van enseñando una de las facetas más importantes en un masón, el conocimiento de si mismo.
La Esperanza, puede ser entendida como la herramienta que nos brinda resistencia y perseverancia, esto es, lo que nos sostiene y empuja hacía el final del camino que hemos iniciado, pues es claro que no se trata de un trayecto corto y llevadero, pues por el contrario, el camino hacía la verdad es muchas veces tenebroso y oscuro, necesitando de la esperanza para tener porque luchar y seguir adelante pese a los obstáculos.
Lo anterior significa que a la Esperanza debemos mirarla como una forma de vida, es la actitud que debemos asumir frente a nuestro destino, sea cual fuese, es la actitud renovadora para aguantar el largo camino de la vida.
En palabras del profesor Jorge Sanguinetti, la Esperanza no podría ser otra cosa que "la risa feliz del caminante, es la tranquilidad de la conversación amena tras la fatiga del esfuerzo prolongado, es el tiempo necesario de espera, es el fin de la culpa de no estar haciendo nada, es una madre protectora, es el presentimiento del bien, es el empuje en los últimos peldaños, es un firme peldaño de la Escalera, es la Esperanza".
Tantas veces no tenemos fuerza con que seguir andando, sin embargo, una luz interna nos empuja a alcanzar los objetivos, por eso en mi concepto la Esperanza es aquella voz interior, la que nos habla en los momentos de pesar o tristeza, la que nos detiene en los momentos de ira y dolor, la que nos lleva de la mano todos los días de nuestra vida, enseñándonos que siempre hay algo por que vivir.
Por último encontramos la llamada Caridad, siempre presente en la totalidad de textos masónicos, es la práctica continua del amor fraternal, evitando toda querella o altercado, calumnia o difamación, y sobre todo el desagrado cuando nos sentimos afectados al ver que otro hermano ha sido atacado o agredido.
La Caridad igualmente es un antiguo deber previsto en la llamada Constitución de Anderson, cuando se exige que todo Masón debe procurar tanto el amor fraternal, como el deseo del bienestar del ser amado sobre el propio.
De todo esto se desprende la UNIDAD como pilar fundamental dentro de la Masonería. Pues no debemos olvidar que es imposible la Fraternidad sin Unión, ni tampoco puede predicarse la Unión sin el Amor. Pero esta última palabra se completa en la gratificación sublime del alma por la dedicación al estudio, a la hermandad y al goce de la paz profunda en total armonía.

Ricardo Bolaño Gonzales
M:.M:.
R:.L:.S:. Constructores de la Armonía Nº 6