Fraternidad es un sentimiento que proviene del alma. A un nivel más elevado por encima que el de la amistad; ya que la amistad implica el conocimiento mutuo entre dos seres humanos, y que está condicionada a que exista cierta correspondencia, cierta afinidad de carácter, de pensamiento, de gustos y aficiones, etc., pero por su naturaleza, tan frágil, puede romperse, a veces por una mínima discrepancia, por lo que es menester de cultivarla con mucha sutileza.
Fraternidad, es el lazo indestructible que nos une con nuestros semejantes en nuestros intereses comunes, sin implicar condición alguna; es la expresión del alma, es la manifestación libre del amor hacia nuestros semejantes. No importando que tengamos diferentes creencias, diferente ideología, diferentes gustos y aficiones o posición social.
Fraternidad, es la convivencia llena de afecto, inclusive, con personas que jamás hemos tratado anteriormente, y que unidas en esa comunidad de intereses, es la búsqueda de nuestro perfeccionamiento material y espiritual, que cooperan con nosotros para lograr nuestros ideales, de manera espontánea y libre de prejuicios.
Fraternidad, es el aprendizaje de nuestra propia naturaleza, que nos induce a conocernos a nosotros mismos, por el conocimiento de nuestros semejantes, es el compañerismo de nuestros semejantes, para con nosotros mismos lograr alcanzar nuestros ideales, es la maestría que nos conduce por los senderos de perfección a través de la enseñanza mutua.
Fraternidad, es esa llama que ilumina y descubre todas esas Ciencias Ocultas, que existen en nosotros mismos, que nos muestran la razón de nuestra propia naturaleza. Es el conocimiento oculto de todas esas naturalezas, y que está contenido en todos esos antiguos Tratados de Alquimia. También es el proceso alquímico, por medio del cual, en el matraz, que implica el conocimiento de nuestra naturaleza interior, simbolizada por la tierra, unido a nuestra fuerza de voluntad, simbolizada por el fuego, limpiando nuestras impurezas a través del agua y elevando nuestro pensamiento a través del aire, logramos la transmutación de un metal vil, como es el plomo, en otro considerado como el más puro, es decir, el oro.
Caridad es la virtud sobrenatural infusa por la que la persona puede amar a Dios sobre todas las cosas, por El mismo, y amar al prójimo por amor a Dios. Es una virtud basada en fe divina o en creer en la verdad de la revelación de Dios. Es conferida solo por gracia divina. No es adquirida por el mero esfuerzo humano. Porque es infundida con la gracia santificante, frecuentemente se identifica con el estado de gracia.
La Caridad es opuesta a la envidia, auxilio de los necesitados, es un tema que relaciona a otros porque la Caridad se refiere a la humanidad, la limosna, atención, auxilio, ayuda, beneficencia, favor, donación, donativo, dádiva, socorro, compasión, misericordia, lastima, y en nosotros los masones el óbolo. La Caridad consiste en el amor desinteresado por los demás.
En masonería la Caridad es hacer el bien por el bien mismo ; es también educación que proyecta luz sobre otros, ayudándoles a adquirir los medios y conocimientos necesarios para su propia superación personal y para que puedan, a la vez, ayudar también a sus semejantes, solo quiere vuestro amor a la Humanidad y la pureza de vuestro corazón.
En nuestras tenidas es habitual el recorrido del saco de beneficencia, donde todos sus miembros colocan su donación que viene siendo la manifestación de la Caridad
entregada por cada Mason al terminar la tenida para las obras que tiene destinada el Taller.
Ahora en la más amplia acepción La Fraternidad y la Caridad son valores que define a nuestra Institución. Es lo que nos lleva desde lo disperso a lo concreto, al unir a los Masones alrededor del mundo con un sentido de pertenencia y de mutuo apoyo en un objetivo compartido. Es también un desafío para el Masón en su proceso de aprendizaje, porque el considerar a otro como un Hermano implica elevar nuestra conciencia hacia la idea de que todos somos de una misma esencia, y ello induce a dejar de lado egos, resentimientos, juicios, para pasar a aceptar al H:. tal como es, poniendo al amor ante todo, y reconociendo que el yo - tu es sólo una apariencia más en este mundo de dualidades.