
La inagotable literatura y las muchas definiciones académicas coinciden en señalar que la finalidad de la Francmasonería es buscar la felicidad humana a través de la Tolerancia y el Amor Fraternal; y por su intermedio: perfeccionar las costumbres; glorificar la justicia, la verdad y la igualdad; combatir la tiranía y los prejuicios.Todos sus miembros, reciben el título fraternal de Hermano, con el que se distinguen dentro de la Francmasonería. Así pues, somos Hermanos en el sentido de la conciencia de nuestros anhelos; lo somos por nuestro común ideal de fraternidad y solidaridad entre todos los hombres; además mantenemos un mismo sentido de humanidad, por un mundo donde impere la concordia y la paz. Como hombres no reunimos todas esas virtudes, ni somos ajenos a las debilidades humanas; pero justamente, al ingresar en la Institución, estudiamos y trabajamos en la búsqueda por el perfeccionamiento humano como objetivo.
Existen tres condiciones distintivas del Hermano Masón y que son virtudes muy parecidas:
1. La Unión: Sólo formando un todo con nuestros Hermanos Masones es que la Logia será fuerte y respetada. Acatando las decisiones de la mayoría de los HH:.y procurando cumplir todas las iniciativas presentadas y ayudándolos en las obras que emprendan, recordando que solamente la unión trae consigo la armonía y el éxito en el taller.
2. La Lealtad: Esta es una de las más importantes virtudes masónicas, y en ella están comprendidas la honradez, la fidelidad, la justicia, el amor fraternal y la bondad. La lealtad es un gran elemento de fuerza en una Logia Masónica. El Hermano Masón que ajusta su conducta a las enseñanzas recibidas en ella, apoyando a su Ven:. Maest:. y a las DD:. y OO:., y respeta los derechos ajenos y los principios de la Masonería, es leal a su Logia y por ende a sí mismo.
3. La Sinceridad: Si no podemos ser enteramente sinceros con nuestros Hermanos Masones, es preferible retirarnos. Cuando estrechamos la mano de un Hermano, ese apretón es prenda de nuestra sinceridad. Ni él te puede fallar ni tu le puedes fallar. Tenemos obligaciones mutuas, debemos hacernos las mismas concesiones y tenernos el mismo respeto. Esa sinceridad debe extenderse a los principios morales que profesamos, nuestra prosperidad no hará más que reforzarlos y la adversidad no podrá quebrantarlos. Sólo entonces podremos decir que somos sinceros con nosotros mismos.
Entonces, ¿Somos realmente Hermanos? ¿Acaso por el sólo hecho que ingresamos en la Orden nos convertimos en Hermanos con el suficiente cariño fraternal correspondiente? ¿Puede un Iniciado pretender esto?
No, de ninguna manera. La concepción de hermandad no es la hermandad en el sentido fraterno-familiar. Es una idea mucho mas "sui generis" que involucra en sí la concepción ideológica de una unión fraternal propiamente tal, no automática, sino, como meta, como objetivo final, hacia el cual debemos volcar todos nuestros esfuerzos.