Nadie puede considerarse "masón", en sentido estricto, si no
asiste con regularidad a las reuniones. Y es que, para nosotros, el Templo es
donde se puede construir y alcanzar una ética personal. Los materiales de
construcción que utilizamos son el silencio, la escucha atenta, la reflexión y
la participación en los trabajos. Todo ser humano, cualquiera que sea su origen y su nivel de
formación, es capaz de llevar a cabo este viaje de búsqueda y reflexión.
Correlativamente, la institución Francmasónica tiene como finalidad principal
la de constituirse en guía de quienes buscan y anhelan este perfeccionamiento,
para lo cual va desgranando una a una sus sabias enseñanzas, en dosis graduadas
y de acuerdo con el adelanto de cada uno de sus miembros.
A través del estudio razonado y crítico de la filosofía moral se obtiene un mejor conocimiento de la virtud y del modo de practicarla. Sin embargo, la Masonería es algo más que una escuela, su filosofía educativa es totalmente distinta a la de cualquiera, puesto que en vez de exigir el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios, estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación creadora y del pensamiento original, como medio para conseguir que cada quien llegue, por su estudio independiente y su meditación profunda, a sus propias conclusiones lógicas y a la afirmación de sus convicciones.
A través del estudio razonado y crítico de la filosofía moral se obtiene un mejor conocimiento de la virtud y del modo de practicarla. Sin embargo, la Masonería es algo más que una escuela, su filosofía educativa es totalmente distinta a la de cualquiera, puesto que en vez de exigir el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios, estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación creadora y del pensamiento original, como medio para conseguir que cada quien llegue, por su estudio independiente y su meditación profunda, a sus propias conclusiones lógicas y a la afirmación de sus convicciones.
Por tanto, usa ampliamente del símbolo y la alegoría; pero no ofrece de
ellos ninguna explicación fija y dogmática, sino que deja en libertad al
iniciado para que ejercite sus propias facultades deductivas e inductivas para
descifrarlos y aprender -por sí mismo- las provechosas lecciones que encierran.
En suma, la Masonería es más que un club filosófico o una escuela de moral. Es
una libre asociación de hombres de todas condiciones económicas, y de todos los
grados de cultura, a quienes los une el deseo de alcanzar un desarrollo y una
evolución más alta en su personalidad interna, un dominio más perfecto de
sí mismos, una afirmación de sus convicciones, una agudización más sutil de sus
facultades intelectuales y un acendrado espíritu de abnegado servicio hacia sus
semejantes. Dentro de la Masonería encuentran éstos hombres un ambiente de
libertad, de respeto mutuo, orden, seriedad, estudio y fraternidad.