Señor, haz de mi un instrumento de tu
paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el
amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el
perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga
la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la
verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga
la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga
la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la
alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser
consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se
encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida
eterna.