El concepto de Libertad tiene varias
acepciones, pero voy a referirme solo a una de ellas, la libertad interior. No
es quizás la más importante, pero es la libertad de pensar, actuar y opinar.
Todas las libertades pueden de alguna
manera limitarse, sólo la libertad de pensar escapa en cierta forma al control
ajeno. Pero para ello uno debe ser libre para buscar las soluciones a los
problemas sin enmarcarse en dogmas o preconceptos.
Esto no es fácil en esta época donde los
medios de comunicación influyen y modifican nuestras ideas con la información
que nos suministran. Donde pareciera que la libertad de prensa es sólo para que
el editor pueda decirnos lo que quiera y no la nuestra de estar realmente
informados de la realidad.
Resumiendo entonces, y aunque parezca un
absurdo, es muy difícil ser libre de pensar como quiera; pues uno es el fruto
de circunstancias, heredades e influencias.-Recuerdo que en la Ceremonia de Iniciación se le
pregunto al experto: quien había osado golpear a las puertas del templo?…Este
respondió: “Es un hombre libre y de buenas costumbres que estando en las
tinieblas desea ver la luz”….Pero cuales son los requisitos para ser
considerado un hombre libre?. Un hombre libre es aquel que no se deja llevar
por las pasiones; que guarda pleno control sobre sus actos y pensamientos.
Quizás el que mejor lo definió es nuestro Q:.H:.Rudyar Kipling en su celebre poema IF. "Un hombre es libre cuando el peso del
fracaso le sirve de experiencia y no de excusa, y confiado en el futuro
reinicia su obra constructora".
La libertad que buscamos se consigue
buscando la verdad. Esta búsqueda de la verdad es individual, como individual
es la iniciación, y la opinión de los demás puede servir de guía con la
condición de que la misma sea brindada por un experto o sea alguien que
recorrió el camino.
Dado que es una búsqueda interior, para
poder lograrlo, debemos primero conocernos, saber quienes somos y que queremos, a fin de poder entonces
actuar de acuerdo a nuestros ideales y principios.
El hombre libre, solo debe depender de
su propia conciencia, buscando SU
verdad, la verdad individual que no le será impuesta en el futuro por
nadie. La verdad que será producto de su razón y de su estudio.
No obstante de nada vale tener el
conocimiento si no lo aplicamos. Simbólicamente podríamos decir que a cada paso
del pie izquierdo (inteligencia o comprensión de la verdad) le corresponde un
adelanto del pie derecho (aplicación práctica de dicha verdad).
Ahora bien, cabe preguntarse como se
concilia esta libertad sin límites, con la libertad que tienen otros de pensar
libremente. El regulador de estos dos factores es indudablemente la tolerancia:
el respeto de todos por las ideas de cada uno y la obligación de cada uno de no
tratar de imponer su verdad a los demás.
Uno puede no estar de acuerdo con la
opinión de otro pero debe aceptar y respetar el derecho de otro a opinar
diferente. Debemos ser tolerantes para poder convivir con personas que tienen
opiniones diferentes a las nuestras y enriquecernos con las mismas.
La Tolerancia es entonces el límite de
nuestra libertad interior.
No es fácil para el hombre vivir y
aceptar esta seria limitación, es por ello que el Masón mediante la instrucción
pule su Piedra Bruta durante su vida y perfecciona su manera de ser y su
comportamiento.
Así es como en nuestro Taller convivimos
hermanos cuyas posiciones ideológicas no son coincidentes. Pero el respeto
profundo por las creencias de los demás, ya sean estas políticas o religiosas,
hacen que en cada Tenida se funda una amalgama de buena voluntad y de mutuo
apoyo, que forma un inigualable universo de libertad y superación.
Ojalá podamos transmitir ese espíritu de
tolerancia no sólo a nuestro pueblo, sino a todo el mundo.
Q:.H:.José María Villa