domingo, 8 de junio de 2014

La Filantropía


La filantropía es la capacidad de todo masón de entregarse al servicio de la humanidad.
La filantropía es la única vía de auxilio a los más necesitados.
La filantropía masónica no se pregona en las calles, se realiza en el silencio del corazón.
La filantropía es un acto de servicio que descentraliza a todo ser humano de su pequeño mundo.
La filantropía es un llamado del alma que debe ser correspondido.
La filantropía masónica rescata lo bueno, lo justo y lo bello de todos y cada uno de los seres humanos.
La filantropía masónica es primero una idea, luego la reflexión sobre la idea y finalmente la puesta en práctica de la reflexión sobre la idea.
La filantropía es la activación de la energía de la buena voluntad en todo ser humano permitiendo que se realice más allá de sus propios límites.
La filantropía masónica se traza en la tenida y se concreta en la vida profana.
La filantropía es responsabilidad espiritual.
La filantropía es compromiso y conducta de servicio hacia quienes sufren injusticia y exclusión social.
La filantropía al dar, agradece. Espera y concreta y atiende y comprende.
La filantropía no es servilismo político con miras electorales.
La filantropía da el pulóver y la bufanda, pero también las herramientas para poder tejer.
Para todo masón la filantropía es llevar en su mochila pan, agua y azúcar: Pan para alimentar a los hambrientos, agua para saciar la sed de quienes están en el desierto y azúcar para endulzar las vidas invadidas por la tristeza.
La filantropía masónica cura alimenta y educa.
En la filantropía,  el G.·.A.·.D.·.U.·. enfoca su mirada hacia todos por igual.
La filantropía se ejerce desde la tríada ciencia, justicia y trabajo.
La filantropía es la respuesta al clamor de los desesperados.
La filantropía no se ejerce ni desde el egoísmo, ni desde la soberbia, se ejerce desde la discreción y el desinterés.
La filantropía masónica crea instituciones independientes a la masonería para que todos puedan abrir sus corazones a los necesitados.
La filantropía masónica no posee secretos. Se evidencia en la fortaleza de cada masón.
La filantropía exige aplomo de las emociones para poder trabajar y servir libremente.
La filantropía masónica atiende a los necesitados sin distinción alguna.
No existe filantropía ni en un mosquito ni en un dictador. Ambos buscan solo saciarse a si mismos.
La filantropía masónica está exenta de prejuicios.
La filantropía necesita de mentes y corazones capaces de entender al prójimo.
La filantropía encuentra su campo de servicio en todas y cada una de las necesidades humanas.
La filantropía es un abrazo que alivia, una caricia que cura, un beso que alienta a seguir trabajando.
La filantropía es un corazón abierto a todos, pues no existe ningún ser humano que lo tenga todo. 
La filantropía es una parte fundamental de la masonería, ya que a través de ella el masón canaliza sus inquietudes por el mundo entero.