Filósofo, músico, médico, teólogo, pastor protestante, masón y Premio Nobel de la Paz, Albert Schweitzer fue un hombre de
conocimiento preocupado por servir a los más desfavorecidos.
Su vida estuvo jalonada de premios y
aplausos, y su trayectoria refleja a una persona consciente de que el respeto
hacia toda forma de existencia es esencial para la evolución del ser humano.
Una filosofía de vida: Albert Schweitzer nace en la hermosa ciudad
de Kaysersberg, en Alsacia, Alemania, en enero de 1875. Conviene citar que
Alsacia pertenecía entonces a Alemania, hasta que en 1918 volvió a formar parte
otra vez de Francia.El niño Albert cursa sus estudios en
Gunsbach, y más tarde hace el bachillerato y estudia música en Mulhouse. Su
padre, un pastor protestante, tiene una gran influencia sobre él, lo que le
lleva a París a estudiar Teología y Filosofía en la Universidad de la Sorbona, así como órgano en
el Conservatorio Nacional. Más tarde, haría sus prácticas con este instrumento en la
iglesia de su progenitor. Se doctora en Filosofía en 1899, y se
licencia en Teología un año después. Sus inquietudes solidarias le llevan a
estudiar medicina en la Universidad de Estrasburgo, con el afán de ayudar a los
más desfavorecidos. En 1913 se licencia y se marcha a Gabón, decidido a
construir un hospital para atender a personas necesitadas. Pero vayamos por
partes.
Albert Schweitzer, el teólogo y el escritor: El trabajo de investigación que le da a
conocer en sus primeros años como teólogo es En búsqueda del Jesús histórico
(1906). Otras obras serían, El cristianismo y las religiones universales
(1922); Filosofía de la civilización (1923); El misticismo de Pablo Apóstol
(1930); y De mi vida y mi pensamiento (1931). Estas fueron algunas de sus
obras, que llegaron a ser famosas y seguidas por multitud de lectores.
Albert Schweitzer, un talento para la
música: Ya desde su infancia, Schweitzer se siente
fascinado por la música. El órgano de la iglesia de su padre le impresiona y su familia en un inicio es testigo de sus creaciones musicales. Acude a clases desde
muy temprano y acaba siendo un virtuoso del órgano, interpretando a Bach por
todo el mundo, lo que le reporta cuantiosos beneficios que utiliza para sus
proyectos solidarios en África. En su faceta de músico destacan obras como
Johann Sebastian Bach, el músico poeta, en 1905 y un año después El arte de
fabricar órganos en Alemania y Francia. También se dedicará a construir órganos
en algún momento de su vida.
Albert Schweitzer, el médico solidario: empieza a estudiar
medicina a los treinta años, con la única intención de irse a África y ayudar a
las personas de raza negra, ya que conocía el abandono y la inequidad en la que
vivían. En 1913 parte hacia ese país con su esposa,
y con sus propias manos y la ayuda de unas pocas personas, va levantado su
soñado hospital, que inmediatamente se llena de cientos de pacientes ansiosos
por recibir la atención médica de la que antes carecían. La Primera Guerra Mundial corta de raíz sus
sueños por un tiempo, y tanto a él como a su mujer se les prohíbe salir de su
propia casa, para más tarde trasladarlos a un campo de concentración.
Tres años más tarde levanta otro hospital y
en 1950 empieza su proyecto del pueblo para leprosos, que completa con el
dinero que le reporta el recibir el Premio Nobel de la Paz en 1952.
Albert Schweitzer fallece el 4 de
septiembre de 1965 y su cuerpo yace junto al de su esposa en Lambaréné, Gabón, Africa. Actualmente su hospital sigue funcionando y se han creado otros con su nombre
en distintos países, como Haití y Holanda.
Es adecuado terminar con unas palabras del
protagonista de este artículo cuando dijo “Vivimos en una época peligrosa. El
ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido
a dominarse a sí mismo”.