La Masonería desfallece entre nosotros.¿Por qué? ¿Debe desfallecer? ¿Ha, por ventura, desaparecido el mal de la superficie de la Tierra? ¿No hay ya miseria que aliviar, caídos que rehabilitar? ¡Ignorancia que disipar! ¿No hay ya ignorancia que extinguir, que aplacar discordias, anarquías o despotismos que combatir? ¿Han desaparecido los errores fundamentales que dividen las creencias de los pueblos engendrando la separación y los odios? ¿No hay bárbaros y salvajes que civilizar, esclavos que redimir, multitudes ignorantes que es necesario elevar a la categoría de hombres libres? ¿Está el mundo tan uniformado en religión y política, que la verdad no necesita propaganda y sacrificios? Y para reasumirlo todo en una palabra, ¿resplandece el bien, o impera la virtud en la mayoría de los hombres?
–No, Q:.H:. Y para llenar de algún modo programa tan grandioso, creemos en la Masoneria, si tenemos fe, que bajo sus enseñanzas algun dia podramos mejorar este mundo que nos tocó vivir.
¿Qué queremos? En esta pregunta va encarnada la grandeza del hombre y de su destino. El animal y todos los seres inferiores siguen mudos el camino de la fatalidad sin inquietarse,sin temor y sin esperanza.Pero en el hombre se despierta una tremenda inquietud. Él quiere saber adonde va, lo que es,de donde viene, ¡lo que será! Él siente una fuerza sublime que se llama libertad, que pide una dirección. Él tiene una inteligencia que se abre sobre la creación para conocer sus leyes y busca la ley del ser humano.Él siente su corazón como la copa encantada de la vida que desborda de amor y de pasiones, y quiere y debe saber lo que ha de amar.
Sólo la Masonería le brindará esa respuesta.
–No, Q:.H:. Y para llenar de algún modo programa tan grandioso, creemos en la Masoneria, si tenemos fe, que bajo sus enseñanzas algun dia podramos mejorar este mundo que nos tocó vivir.
¿Qué queremos? En esta pregunta va encarnada la grandeza del hombre y de su destino. El animal y todos los seres inferiores siguen mudos el camino de la fatalidad sin inquietarse,sin temor y sin esperanza.Pero en el hombre se despierta una tremenda inquietud. Él quiere saber adonde va, lo que es,de donde viene, ¡lo que será! Él siente una fuerza sublime que se llama libertad, que pide una dirección. Él tiene una inteligencia que se abre sobre la creación para conocer sus leyes y busca la ley del ser humano.Él siente su corazón como la copa encantada de la vida que desborda de amor y de pasiones, y quiere y debe saber lo que ha de amar.
Sólo la Masonería le brindará esa respuesta.