martes, 28 de junio de 2011

Transformación Interior

Normalmente vamos por la vida luchando contra nuestras dificultades, pensando muchas veces que aquello que vivimos es consecuencia de un error del azar y raras casualidades que de manera infortunada aparecen en nuestra vida para complicar y obstaculizar nuestro encuentro con la felicidad y el éxito.
Existe una confusión colectiva en nuestra cultura actual, donde muchos creen que el “regalo” de la vida, es parte también de esos devenires extraños que carece de un propósito trascendente o profundo, como resultado de lo que podemos comprender desde el conocimiento que la cultura actual nos proporciona. No es de extrañar que creamos firmemente que lo importante de nuestra experiencia es aquello con lo que nos hemos identificado desde nuestra personalidad (sistema de creencias ancestral aprendido y casi siempre limitante unido al sistema de defensas particular o traumas personales) y confundamos lo que “Somos” con lo que hacemos, tenemos y sabemos.
Los seres humanos estamos todos inmersos en un continuo proceso de crecimiento y evolución, somos como niños que hacen parte de un gran colegio cósmico, donde vamos aprendiendo paso a paso, experiencia a experiencia a desplegar todo el potencial de sabiduría que existe en el interior de nuestro ser, es decir que a través de lo que experimentamos en carne propia se va refinando nuestra comprensión de la realidad, vamos entendiendo que todo cuando existe y sucede en nuestras vidas tiene un sentido pedagógico profundo, que existen leyes que rigen el orden universal y por ende nuestras experiencias, y que todos vamos transitando por un sendero de refinamiento y transformación de nuestro propio ser, que nos acerca paso a paso a nuestros anhelos más profundos.
Para algunos este transitar aún es inconsciente, para todos es obligatorio.
Cada persona tiene su propio camino y cada camino es único. Desde el día en que llegamos a la existencia estamos en ese caminar. Viajamos a todo instante, en cada respiración, en cada inspiración, en cada expiración. El trabajo espiritual solo es posible si renacemos a la dimensión interna que cada uno lleva en él. En tal viaje, a ciertos momentos, nuestro camino cruza con el de otros Buscadores. ¡ Esos momentos son benditos! Nos permiten vernos como en un espejo y revelan aspectos secretos del camino, aspectos que poseemos y que salen a la luz al contacto con los amigos. En ese ensanchamiento progresivo de la conciencia esta lo esencial. El camino interior es lo único necesario y valioso en esta vida y estamos aquí para realizarlo. El resto, a de tomarse como algo contingente, como un cadáver al borde del camino. Debemos por lo tanto obrar para conseguir una expansión de nuestra conciencia y esta tarea a de ser nuestra única razón de ser. Con el crecimiento de nuestra conciencia, aparece nuestro verdadero ser, es entonces cuando podemos esperar alcanzar la unificación interior.