La masonería establece que la causa del progreso humano es nuestra causa; que la emancipación del pensamiento del ser humano es nuestro anhelo; que la libertad de conciencia es nuestra misión y que la garantía de la igualdad de los derechos de todas las personas, donde quiera que se encuentren, es la meta de nuestros argumentos.
Estas premisas inducen a los masones a estudiar en nuestros templos, dos temas que son fundamentales para el progreso del pensamiento masónico. Estos temas se refieren a la libertad en sus diferentes aspectos y a la Justicia en lo que atañe a la ordenación de las relaciones humanas o a la conducta del masón que se adapta a ese orden. Desgraciadamente contemplamos con alguna frecuencia, a hermanos que no han comprendido el significado de estos temas y cuya conducta revela que no se adaptan a este género de ideas, sin importar el grado que ostentan, ni la comisión o puesto que desempeñan, o la situación que guardan dentro de la Institución, ni su comportamiento es revelador de que cumplen con los juramentos, de que con los estudios combaten su ignorancia y de que tratan de dominar sus pasiones y ambiciones.
Para pulir nuestra piedra los masones debemos manifestar bondad, rectitud de ánimo, hombría de bien, integridad y honradez en el obrar. Este respeto a nuestra dignidad y a la dignidad de los hermanos, es parte de la práctica de las virtudes que exige la Orden para conservar la unidad en la lealtad y el acatamiento a nuestros antiguos usos y costumbres.
Todo masón es un individuo, que debe ser siempre guía certero e indispensable en los cambios sociales, y preservador de los ideales humanos; tanto dentro de las estructuras sociales, como dentro de lo espiritual; y que sin dejar de atender la perfección de las ciencias y la noble expresión del arte, busca y está atento al perfeccionamiento propio; debiendo tener una conducta bien definida ante los problemas sociales y espirituales de los grupos humanos que integran nuestro entorno, debe ser capaz de aquilatar e interpretar los postulados asentados en nuestra Carta Magna; y combatir denodadamente los malos propósitos que vierten grupos que sólo tienen la finalidad del dominio de las voluntades en provecho y beneficio, propio desquiciando la unidad nacional.
R:.H:.Miguel García Mejía
Oriente de Tamaulipas, México
Estas premisas inducen a los masones a estudiar en nuestros templos, dos temas que son fundamentales para el progreso del pensamiento masónico. Estos temas se refieren a la libertad en sus diferentes aspectos y a la Justicia en lo que atañe a la ordenación de las relaciones humanas o a la conducta del masón que se adapta a ese orden. Desgraciadamente contemplamos con alguna frecuencia, a hermanos que no han comprendido el significado de estos temas y cuya conducta revela que no se adaptan a este género de ideas, sin importar el grado que ostentan, ni la comisión o puesto que desempeñan, o la situación que guardan dentro de la Institución, ni su comportamiento es revelador de que cumplen con los juramentos, de que con los estudios combaten su ignorancia y de que tratan de dominar sus pasiones y ambiciones.
Para pulir nuestra piedra los masones debemos manifestar bondad, rectitud de ánimo, hombría de bien, integridad y honradez en el obrar. Este respeto a nuestra dignidad y a la dignidad de los hermanos, es parte de la práctica de las virtudes que exige la Orden para conservar la unidad en la lealtad y el acatamiento a nuestros antiguos usos y costumbres.
Todo masón es un individuo, que debe ser siempre guía certero e indispensable en los cambios sociales, y preservador de los ideales humanos; tanto dentro de las estructuras sociales, como dentro de lo espiritual; y que sin dejar de atender la perfección de las ciencias y la noble expresión del arte, busca y está atento al perfeccionamiento propio; debiendo tener una conducta bien definida ante los problemas sociales y espirituales de los grupos humanos que integran nuestro entorno, debe ser capaz de aquilatar e interpretar los postulados asentados en nuestra Carta Magna; y combatir denodadamente los malos propósitos que vierten grupos que sólo tienen la finalidad del dominio de las voluntades en provecho y beneficio, propio desquiciando la unidad nacional.
R:.H:.Miguel García Mejía
Oriente de Tamaulipas, México