sábado, 4 de junio de 2011

De los compromisos de todo Masón


Es la Masonería no solamente venerada y respetada por los adeptos de ésta, puesto que muchos profanos hay que reconocen la labor benévola que los Masones del mundo entero llevan a cabo en nombre de aquélla sin el menor sentimiento de vanagloria y sin el objeto de que se les ensalce con reconocimientos de cualquier tipo.
Esta deferencia de quienes no son miembros de nuestra Augusta Institución se debe al actuar de quienes se honran pertenecer a ésta, los cuales encuentran en estos sagrados recintos variados elementos de sabiduría moral, espiritual y científica que coadyuvan, a la vez, en la formación personal, familiar, laboral y social.
Sin embargo, todo cuanto va descubriendo el Masón en las Logias es eminentemente simbólico, y cada cual interpreta de diversas maneras las aportaciones que los símbolos, los simbolismos y las alegorías pretenden dejar grabadas en la memoria y el corazón del Iniciado.
Cuán grande es esta Orden, que sólo exige de sus miembros un silencio absoluto de cuanto vean, oigan, entiendan o pudieran comprender; que únicamente pide como prenda la palabra de honor que uno voluntaria y sinceramente ofrece; que solamente solicita que no sólo entre los Hermanos se auxilien o colaboren unos con otros, sino además con el resto del género humano.
Cuán magnánima es la Fraternidad Masónica, que brinda la confianza y acoge en su seno a todo aquel que desee y pretenda conocer el objeto de las reuniones de los hombres que se denominan libres, o que a ello aspiran, y en cambio, sólo le advierte que de él depende hallar amigos y Hermanos en el orbe entero.
Se nos pide, asimismo, hacer un juramento especial: auxiliar a los Hermanos en desgracia, según nuestras posibilidades; dedicar un tiempo al desbaste de la simbólica Piedra en Bruto, y al estudio y práctica de Masonería, tanto en Logia como en el Mundo Profano. Empero, ello es poco ante todo lo que nos ofrece, sin vituperios, sin enceguecernos, sin pretender cambiar nuestra ideología, nuestra filiación política o partidista, o las creencias religiosas en que cada cual cree o profesa; sin intentar influenciarnos o decirnos a cuál divinidad adorar etc, como contrariamente hace cualquier culto religioso o institución política.
En cambio, promueve la democracia, el trabajo productivo, la participación social y política, el estudio del legado de las culturas, entre otras muchas cosas, a la vez que nos enseña que la tolerancia es fundamental en las relaciones sociales.
Así, si bien es esta Ciencia especulativa en su esencia filosófica, requiere que todo Masón sea, en verdad, operativo. Por tanto, la Masonería no hace al Masón, por más que éste luzca el Mandil o posea un grado de mucha jerarquía; más bien, el Masón debe comprender los fines de la Masonería para aspirar a que se le reconozca como miembro de esta gran Fraternidad, sin necesidad de que se le vea vestido con los arreos masónicos, y que aquello, al comprender los fines y actuar sobre la base de los mismos, enaltezca, aún más, a la Institución.

Q:.H:.Jairo Ramiro Sánchez Alcaraz,
R:.L:.S:."Prof. José María Sánchez García" N° 61.
Or:. de Ciudad Victoria, Tamaulipas.
México.