miércoles, 7 de julio de 2010

¿ES LA MUERTE EL OPUESTO DE LA VIDA?


RR:. y QQ:. HH:.
No creo equivocarme si afirmara que todo proceso tiene un comienzo y un final, y que como ambos se ubican en los extremos, entonces los dos devienen en opuestos, tal como el caso de las piedras tosca y pulida. La primera, simbolizada por el comienzo de nuestro proceso de crecimiento, es el opuesto de la segunda, que aunque hipotético, representa al punto final, a aquel en que justo completaremos nuestro viaje de libertad porque ya no tendremos que vencer más ataduras que nos mantenían esclavos.
Veamos el caso del imán. El imán no tiene un opuesto sino que contiene a su par de opuestos a los que se les llama polos norte y sur y ambos se encuentran ubicados en ambos extremos del imán. Si imagináramos una barra imantada y si deslizáramos un punto a lo largo ella podríamos testificar que ese punto se encontrará más cerca del polo norte y por tanto más lejos del polo sur, o viceversa, de acuerdo a la ubicación de ese punto. Si es fácil entender el principio de polaridad con el imán por ser un objeto tangible, no lo es tanto con los conceptos, las ideas y los principios, porque estos son abstractos y por lo tanto intangibles.
Muchos creen, por ejemplo, que el opuesto del principio de la Vida es la muerte, y esa afirmación me parece que no es correcta, tal como si afirmáramos que el opuesto del imán es su polo norte. En concordancia con El Kybalion de que “[…]; todo tiene polos; todo tiene su par de opuestos […]; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado […]”, la Vida no tiene un opuesto sino que, así como el imán, contiene a un par de opuestos, al nacimiento y a la muerte, porque la Vida empieza con el nacimiento y termina con la muerte. El nacimiento y la muerte, entonces, como se encuentran en ambos extremos de la Vida, podría decirse con mejor propiedad que son opuestos entre sí, tal como los polos sur y norte del imán, o como las piedras tosca y pulida de nuestro proceso de crecimiento dentro de la Vida Masónica, y desde ese punto de vista serían opuestos también el niño y el anciano porque uno se encuentra más cerca del nacimiento y el otro de la muerte (de un proceso de vida natural, por supuesto). ¿Pero cómo se manifiesta el principio abstracto de la Vida? La Vida, como todo principio, tal como lo señalara líneas arriba, no tiene un opuesto sino que se hace tangible a través de su manifestación, y el de la Vida es el latido. El latido, por lo tanto, es la forma física, concreta, tangible y objetiva de entender a la Vida. Sabemos que algo tiene Vida cuando late. ¿Y cuál podría ser el grado, tal como El Kybalion señala, que separa a esos dos opuestos? El grado que los separa es el crecimiento. El crecimiento, RR:. y QQ:.HH:., es lo que separa, o más bien une, al nacimiento con la muerte, al niño con el anciano, porque desde que nacemos vamos creciendo indefectiblemente hasta la muerte, de modo que son tres las etapas de la vida: nacimiento, crecimiento y muerte. El nacimiento y la muerte podrían estar representados muy bien por los polos sur y el norte de un imán, tal es así que antes del polo sur y mas allá del norte no hay imán, porque este se encuentra entre ambos y no más allá de aquellos, del mismo modo podríamos afirmar que la Vida (física) se encuentra entre su par de opuestos, y no antes del nacimiento ni después de la muerte.
De lo expuesto se podría decir que:
¿Si no hemos empezado con los trabajos en nuestra piedra tosca podríamos afirmar que hemos nacido (a través de la Iniciación) en una Vida Masónica?
¿Nuestra Vida Masónica nace cuando empezamos los trabajos en nuestra piedra tosca y termina cuando la transformamos en pulida?