Puede que para algunos la Masonería sea el Rito y la
actividad desarrollada en el templo. Allí está la parte que nos hace iniciáticos
y simbólicos. La piedra angular de nuestro trabajo y nuestra razón de ser como
organización masónica.
Pero la Masonería es mucho más que la repetición de
un Ritual, el estudio de los símbolos y los ritos iniciáticos. Nuestro proceso
de estudio, reflexión, instrucción y formación, debate, fraternidad y
solidaridad, no empieza y termina en las puertas de ningún templo que pueda
construir el ser humano. Son procesos que vivimos nosotros mismos y dentro del
grupo humano que es la Logia.
La masonería, como institución ética y humanista,
pone al centro de toda su acción al ser humano sin distingos de ninguna
naturaleza, y llama a vivir este tiempo de crisis, provocada por el Covid-19,
con responsabilidad y compromiso con el bien común para superarla y construir
un mejor futuro.
Hemos aprendido que lo que hagamos o lo que hagan
los demás es trascendente para todos, y que cuidarnos es también cuidar a
nuestros prójimos más próximos; de ese modo, la pandemia nos ha reafirmado el
valor de vivir en comunidad y la importancia de tener instituciones que como la
Masonería, protejan el bien común. Sobre
todo, esta crisis nos vuelve a enseñar la práctica de la solidaridad y la
fraternidad, y nos invita a mirarnos y valorarnos como hermanos.
Solidaridad y Humanismo: Juntos nos cuidamos y juntos nos levantaremos. El coronavirus nos ha mostrado en toda su crudeza la fragilidad de la vida.
Adaptarse a una nueva “normalidad” será la clave. Es
por ello, aunque estamos en nuestras casas, el confinamiento no impide que las Logias
realicen encuentros por las vías que consideren más fáciles tecnológicamente la mayoría de los Hermanos. Estos encuentros
deberían tener una periodicidad similar, o mayor si fuera posible, a las
tenidas regulares de la Logia. La continua formación de Aprendices y Compañeros
se puede y se debe seguir realizando durante la cuarentena.
Debemos insistir en que estas reuniones nunca
reemplazaran al Ritual, y que por lo tanto no pueden realizarse con los atuendos
acostumbrados de collares, joyas, mandiles u otros atributos masónicos. Son
reuniones profanas de masones, en las que se respeta el uso de la palabra y las
formas de trabajo que hemos aprendido en Logia y se guarda con mucho cuidado la
discreción que estas reuniones merecen.
Son tiempos extremadamente difíciles. No son pocos
los hermanos que se encuentran, o se han
encontrado ya, en situaciones complicadas en lo personal, ya sea por enfermedad
o por su situación laboral. La Masonería nunca ha tenido las respuestas: es un
método de trabajo que pretende que cada uno busque la pregunta y escriba la
respuesta más acorde para uno mismo.
Nuestro mensaje brota en forma espontánea desde lo
masónico, desde nuestros principios y valores, y desde comprender que la
Masonería es ante todo una comunión espiritual de hombres que buscan su
perfeccionamiento y el mejoramiento de las sociedades.
Hoy más que nunca la Masonería asume un rol protagónico
al expresar que sólo saldremos de esta pandemia mundial “Trabajando Unidos como Hermanos”.